SE VENDE CASA POR 400 MILLONES

Pero esos son los problemas de los pobres en una metrópoli y una sociedad cada vez más desiguales, donde los ricos viven en un universo paralelo. El precio medio de un piso en Londres se ha disparado a medio millón de libras, unos 650.000 euros, un lujo al alcance de muy pocos. En Mayfair acaba de venderse por 120 millones de euros una mansión con un salón en el que caben 200 personas, un aparcamiento para cuatro limusinas, piscina de treinta metros de largo, sala de proyecciones, cocina industrial, biblioteca y apartamentos privados para el servicio, descrita por la agencia inmobiliaria que ha hecho la operación como “una vivienda palaciega ideal para quienes aspiran a disfrutar los lujos que ofrece el siglo XXI”. Construida en 1736, fue una residencia privada hasta principios del siglo XX, cuando pasó a manos de la Royal Air Force, y desde entonces tuvo usos comerciales. Impresionante para cualquier persona normal y corriente, pero no para los oligarcas que se mueven en las altas esferas del mercado inmobiliario. La casa más cara de Londres –todavía sin comprador, aunque se especula que hay una oferta formal por ella de la embajada de Qatar– tiene un precio de 400 millones de euros, se encuentra en el barrio de South Kensington (números 2 a 8 de Rutland Gate), presenta bañeras de mármol, una chimenea Luis XIV y candelabros de cristal de Murano, y su último dueño fue un príncipe saudí. El potencial comprador tendrá que pagar más de 20 millones de euros sólo en impuestos, pero no se espera que constituya ningún problema. Lo mío con la vivienda de Londres es una cuestión muy personal.