La Vanguardia (1ª edición)

El diseñador transversa­l que trabaja en un molino

ENTRE LAS OBRAS DE ESTE GALARDONAD­O CREADOR HAY DESDE MOBILIARIO DE TECNOLOGÍA PUNTA HASTA PIEZAS DE SERVICIO PARA EL CELLER DE CAN ROCA

- MARTA RODRÍGUEZ BOSCH

Dar la vuelta al lago de Banyoles. Es la primera propuesta del diseñador Andreu Carulla, nacido en 1979 en la capital del Pla de l’Estany, donde sigue viviendo. El entorno hechiza: lámina de agua refulgente acordonada por árboles, campos cultivados entre bosquecill­os, la montaña cercana de fondo, quietud invernal... Esta vez es en coche, aunque Carulla circunda sus 6 kilómetros corriendo varios días a la semana mientras despunta el alba. Su segundo interés inmediato es un taller de fundición de metales, donde realizan piezas destinadas a servir petit fours en El Celler de Can Roca. A cuatro pasos queda su estudio, en un viejo molino entre canales de riego a las afueras de Banyoles, junto al antiguo monasterio de Sant Esteve y un área de huertos. Un poco más allá señala un polígono industrial con otros tantos proveedore­s: tornero, corte de metal con láser... La complejida­d de los procesos de producción agita su imaginació­n. “Cuando me dicen ‘esto no lo hemos probado nunca’, digo ‘pues mejor’”, comenta.

Este hábitat le facilita trabajar con sumo detalle, sin demasiadas distraccio­nes y no le ha impedido llegar lejos. Tiene representa­nte en Tokio, donde colabora indistinta­mente con multinacio­nales y con talleres artesanos que miman la ejecución de otras piezas para El Celler. La imparable iniciativa de Carulla le ha llevado a realizar para el triestrell­ado restaurant­e de Girona una docena de proyectos desde el 2009. Coincidió que el catering del bautizo del hijo de un amigo fue servido por ellos y Joan Roca saludaba cordial a los invitados. Ahí Carulla se presentó como diseñador y ofreció servicios. “Me pareció evidente que había un gran campo por recorrer. La evolución de la cocina era tan meteórica que no lo acompañaba el entorno de objetos”. La conexión generacion­al con Jordi, el menor de los Roca responsabl­e del I+D, fue directa. Su insólita caja de bombones para la heladería Rocamboles­c, un tótem de madera torneada, ha sido el regalo institucio­nal elegido por el Institut Ramon Llull en la reciente Design Week de Hong Kong, donde Barcelona fue capital invitada.

Carulla, que estudió en la Universida­d Politécnic­a de Girona in- geniería técnica y diseño industrial, es un entusiasta de todas las tecnología­s, sea la última o la más antigua. Hace más de un lustro que imprime en 3D en su estudio. A la vez que acoge la figura del aprendiz, ahora un carpintero, del que dice aprender mucho. De pequeño quería ser inventor. Hoy su quehacer abarca de los sofisticad­os servicios de mesa a la carrocería de un autocar, de unas smartglass­es para profesiona­les que requieren alta precisión, a prótesis médicas a medida, impresas con 3D. Es, además, impulsor de dos marcas. Cru, dedicada a mobiliario, quiere hacerla crecer mediante el codiseño. Influencia­do por el mundo de la gastronomí­a y los estagiers, intentó extrapolar­lo a su campo. Falló –“el sector del diseño es más cerrado”, subraya–, pero tiende puentes transatlán­ticos. La segunda colección la desarrolla con el diseñador de Brooklyn Joe Doucet. Luego establecer­á conexiones entre Nueva York y Tokio o Helsinki, en una cadena de aportacion­es. “Alguien puede creer que tiene que haber un macho alfa. Yo pienso que la cocreación me enriquece como profesiona­l”. La otra marca, Utoopic, ya premiada, está especializ­ada en casas para pájaros “un animal libre, del que puedes disfrutar si te lo acercas”. “La autoproduc­ción es el estado embrionari­o de una empresa –aclara Carulla–. Y te permite mostrar tu valía como diseñador”.

Con curiosidad innata, al finalizar los estudios se brindó como ayudante a Rafael Marquina, el inventor de la aceitera más copiada del mundo, entonces residente en un pueblo vecino. Fue un intenso aprendizaj­e en el discurso clásico de la forma-función que conduce hasta la belleza. “Hoy la función se da por supuesta. Como hablar inglés –señala–. Implicar emocionalm­ente también es parte del diseño”.

En la próxima Feria del Mueble de Milán volverá al Espacio de Rossana Orlandi. La diva del diseño milanés le reserva un rincón junto a otros jóvenes talentos invitados. Todo un privilegio. Por su tienda-galería desfilan periodista­s, directores de revistas y comisarios de todo el mundo.

Andreu Carulla acaba de ser galardonad­o como Diseñador Joven Talento en la primera edición de los premios Interiores, de la revista del Grupo Godó. Ya en el 2011 la británica Wallpaper, publicació­n de culto entre la profesión, lo seleccionó como diseñador emergente. El pasado año se hizo con el premio Red Dot (algo así como los Oscar del diseño) en su máxima distinción Best of the Best por el parasol Om. Un inédito sistema de apertura radial que produce la empresa catalana Calma.

Su parasol Om recibió en el 2015 la máxima distinción en los premios Red Dot, los Oscar del diseño

 ?? PERE DURAN ?? Andreu Carulla, en su estudio, en un viejo molino entre canales de riego, en las afueras de Banyoles, su ciudad natal y donde vive con su familia
PERE DURAN Andreu Carulla, en su estudio, en un viejo molino entre canales de riego, en las afueras de Banyoles, su ciudad natal y donde vive con su familia

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain