Lavado de imagen
Infantino acude a actos públicos sin corbata y viaja en compañías de bajo coste
Cuando apenas se ha cumplido una semana de su elección como presidente de la FIFA, Gianni Infantino ha lanzado ya varios signos de cambio. En las formas, por el momento. Por ejemplo, viajando en una compañía aérea de bajo coste y no en avión privado para desplazarse a Cardiff, donde estos días se ha celebrado la reunión del IFAB, el International Board. Incluso su presencia en la reunión del organismo que se encarga de analizar y proponer reformas en el reglamento del fútbol es una novedad que este italo-suizo de 45 años no ha desaprovechado para abrir su campaña de imagen. Unas actividades que él resume con la expresión “espíritu abierto”.
“Aquí hay que optimizar los gastos, ya era ese mi trabajo en la UEFA. Tenemos que saber que no gestionamos nuestro dinero, es el dinero del fútbol”, proclamó ante una audiencia de periodistas sorprendidos incluso de verle aparecer descorbatado, cordial, son- riente y muy cercano. “No siempre viajaré con easyJet, esta vez era la mejor opción. Pero si tengo que visitar tres países en un día volveré al avión privado”, comenta. “Y la corbata es lo mismo. A veces hay que llevarla y parecer un presidente”.
La campaña de imagen empezó hace pocos días, cuando una de sus primeras apariciones públicas como presidente consistió en apuntarse a un partidillo de fútbol en las instalaciones de la FIFA. Luego se ha divulgado una historia humana sobre su infancia que merece ser contada. Infantino nació con una rara enfermedad que requería una transfusión de sangre con Rh nulo, extremadamente raro y que sólo poseen unas pocas personas en todo el mundo. Tenía cinco días de vida cuando dos donantes de la conocida como sangre dorada, uno de Bristol y otro de Belgrado, le salva- ron la vida.
Recientemente el periódico suizo Blick relató que Infantino había conseguido localizar y ponerse en contacto con los dos donantes. Antes de desplazarse a Cardiff estuvo en Bristol para visitar a uno de ellos y días atrás, por mediación de un portal de noticias, entró en contacto con Milica Mucalica, una serbia que ahora tiene 80 años y que fue la otra donante salvadora. Mucalica no dudó en ofrecer su sangre cuando un médico serbio le dijo que había un niño suizo que la necesitaba para sobrevivir. Infantino la ha invitado a visitar Zurich.
Aprovechando su viaje a Gales, el presidente de la FIFA estuvo ayer en el Liberty Stadium, para asistir al choque de la Premier entre el Swansea y el Norwich. Sin corbata, por supuesto. Y sin ocultar la acreditación que le permitía tomar asiento en el palco, con total naturalidad. También ha avanzado que, “por el momento”, no utilizará el apartamento privado de Blatter que paga la FIFA. Y entre sus primeras rectificaciones, la ampliación del Mundial hasta los 40 equipos. “Forma parte de mis proyectos, sí, pero no soy ningún dictador y si me demuestran que ese no es el camino correcto, no será fácil para mí, pero seguiré los consejos. Es un asunto que hay que discutir con muchos protagonistas. Siempre eso sí... con espíritu abierto”.