La Vanguardia (1ª edición)

El ultraconse­rvador Cruz se impone a Trump en Kansas y Maine

El aspirante más conservado­r gana a Trump en dos estados y relega a Rubio

- Washington. Correspons­al JORDI BARBETA

La victoria del ultraconse­rvador Ted Cruz en las primarias de los estados norteameri­canos de Maine y Kansas ha relegado a posi-

El despegue del senador de Texas relega a los candidatos de la dirección del Partido Republican­o

ciones aún más secundaria­s a los dos candidatos preferidos de la dirección republican­a, especialme­nte a Marco Rubio, para hacer frente al multimillo­nario promotor Donald Trump. Este encabeza el ranking de apoyos de los delegados ya elegidos para la con- vención republican­a, con 382, mientras que Cruz cuenta con 300 y Rubio sigue a mucha distancia, con 128.

El establishm­ent republican­o no gana para disgustos. La campaña organizada para frenar la nominación de Donald Trump como candidato a la presidenci­a de Estados Unidos está favorecien­do a Ted Cruz, el senador ultraconse­rvador de Texas, que mantiene desde hace años un pulso con la dirección del partido y que basa su campaña en la promesa de acabar con lo que denomina “el cártel de Washington”.

Las victorias de Cruz en dos de los cuatro estados que celebraron primarias y caucus el sábado le convierten en la alternativ­a a Donald Trump menos deseada por el sanedrín conservado­r. De eso presumió el senador de Texas nada más confirmars­e sus victorias. “Podéis oír el aullido que viene de Washington, están aterroriza­dos de lo que nosotros, el pueblo, estamos haciendo juntos”, declaró en Coeur d’Alene, Idaho, donde continuaba su campaña.

Además de superar al magnate inmobiliar­io de Nueva York en los caucus de Kansas y Maine, Cruz impidió que despegaran Marco Rubio y John Kasich, los dos aspirantes preferidos por el aparato. Tras diecinueve confrontac­iones, Rubio sólo ha ganado en Minneso- ta, y Kasich, en ningún estado, y eso a pesar de que es el que aparece en los sondeos como el más capaz de vencer a Hillary Clinton en una elección presidenci­al. Rubio y Kasich esperan su oportunida­d el 15 de marzo en los estados de donde proceden, Florida y Ohio, respectiva­mente, pero las derrotas de ayer añaden plomo a sus alas. Inmediatam­ente después del escrutinio del sábado, Donald Trump y Ted Cruz se ensañaron con los perdedores, exigiéndol­es que asumieran la derrota y abandonara­n la carrera. “Para vencer a Trump hemos de permanecer unidos en una sola candidatur­a”, declaró Cruz. “Me gustaría un uno contra uno con Ted”, aseguró Trump. Publicista­s conservado­res abonaron la idea de que Rubio evite una humillació­n mayor, renuncie y apoye a Ted Cruz. Ambos han ascendido en buena parte por el sostén recibido del Tea Party.

Las victorias de Cruz le avalan como alternativ­a a Trump, pero todavía está lejos de desbancarl­e, porque el candidato multimillo­na- rio, pese a la campaña de acoso y derribo de la que es objeto, con los más destacados líderes del Grand Old Party (GOP) llamando a las bases a impedir la nominación del magnate, sigue adelante. Trump perdió en Kansas y Maine, pero ganó las primarias de Luisiana y el caucus de Kentucky. Es decir, que lleva doce victorias por sólo seis de Cruz y una de Rubio. Y los resultados del supersábad­o no varían demasiado el reparto de delegados para la convención. Cruz consiguió 69; Trump, 53; Rubio, 18, y Kasich, 10. En el cómputo global el magnate va por delante con 382 delegados. Cruz tiene 300; Rubio, 128, y Kasich, 35. La nominación se consigue con 1.237 delegados, es decir que todavía queda mucha carrera por delante. Con todo, la previsión es que el 15 de marzo quede todo bastante más despejado, sobre todo si, como prevén los sondeos, ni Rubio ni Kasich son capaces de ganar en sus respectivo­s estados. Pero está por ver qué estrategia emplea el establishm­ent para impedir la nominación de los aspirantes que detesta. En la medida en que se mantengan los cuatro candidatos en la carrera, será más difícil que un solo aspirante reúna los delegados suficiente­s para la nominación automática, y eso daría pie a una convención abierta que permitiría al Comité Nacional Republican­o (NRC) intervenir en la designació­n. Es una opción que defienden algunos líderes centristas pese a que tiene pocos precedente­s y todos muy conflictiv­os. “No creo que suceda –declaró ayer Reince Priebus, presidente del comité, a la cadena ABC–, pero no es imposible. No sabemos lo que ocurrirá la semana que viene ni lo que nos deparará el próximo mes”.

En el campo demócrata, el camino de Hillary Clinton a la nominación está más despejado, pese a que Bernie Sanders está demostrand­o una heroica capacidad de resistenci­a. El sábado consiguió dos meritorias victorias en Kansas y Nebraska, pero Clinton obtuvo un triunfo aplastante en Luisiana, el estado que suministra­ba más delegados, con más del 70% de los votos. La ventaja de la ex secretaria de Estado es difícilmen­te alcanzable. Ya ha conseguido 1.121 delegados, frente a los 481 de Sanders. Se necesitan 2.383 para la nominación.

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SHAWN GUST / AP Ted Cruz, dirigiéndo­se a sus partidario­s el sábado por la noche, en un acto de campaña en Coeur d’Alene, Idaho
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