El Barça sigue batiendo récords y golea al Eibar (0-4)
El líder golea en Ipurua con un partido 10 y un Messi estelar
Un partido inteligente, con velocidad y precisión en la circulación y con Messi en la sala de inventos, no puede terminar de otra manera. El Barça se impuso inapelablemente en Ipurua, firmó la undécima victoria consecutiva en el campeonato y envió un mensaje al mundo con una actuación impecable. No aparece en el horizonte inmediato ningún adversario capaz de batir al equipo de Luis Enrique cuando rinde a un nivel como el de ayer. Riguroso, inspirado, pragmático y demoledor en cualquier circunstancia, no hay rival para un Barça instalado en la cúpula del fútbol.
Invierno extremo, con chubascos, temperatura gélida y nieve en el paisaje. El técnico local preparó una primera línea de contención en la que figuraban cuatro medios centros de vocación. Luis Enrique, por su parte, no practicó grandes innovaciones, con Munir –que no aparecía en la Liga desde el 8 de noviembre– por el sancionado Neymar y Arda como relevo de Iniesta. Sandro quedó descartado. Una decisión extraña, en el sentido de que en el banquillo blaugrana se alojaron tres centrales (Vermaelen, Ma- thieu y Bartra) y ningún delantero.
La temperatura de Ipurua ascendió repentinamente cuando se recitó la alineación del Barça por megafonía y en los primeros instantes del partido, con silbidos y abucheos, muestra de resentimiento por el empate del Deportivo en el Camp Nou en la última jornada del pasado campeonato que envió al Eibar a Segunda, aunque luego se salvó por el descenso administrativo del Elche. Mucho frío, bastante hostilidad y un campo estrecho, pero el Barça arrancó con la partitura adecuada, con un alto grado de concentración y dispuesto a gobernar desde el primer instante. Muy pronto el Eibar pagó el atrevimiento de su defensa adelantada frente a un Barça excelente en la circulación. Messi rompió todo el dispositivo con una pelota en profundidad para Suárez, que centró desde la línea de fondo, y apareció Munir para embocar a placer. Otra invitación de la defensa dio origen a un servicio vertical de Alba que Suárez corrió hasta presentarse ante Riesgo, pero el uruguayo no precisó el remate.
La combinación blaugrana, veloz y consistente, se convirtió en un martirio para los locales, que invertían energía y fe en la persecución de una pelota que apenas podían olfatear. No sólo en el control del centro del campo, el Barça también estuvo soberbio en la transición desde la defensa. Fue un grupo muy compacto y con un director, Messi, a un nivel celestial. Una maravillosa jugada individual de Leo concedió a Munir otra clara opción, pero el delantero dudó entre el remate y la asistencia a Suárez.
Entonces, sobre la media hora, apareció la reacción del Eibar, con un remate de Escalante excesivamente cruzado y una jugada de tómbola que estuvo a punto de concluir con un autogol de Busquets. Pero Messi sofocó la insurrección. Capa extravió una pelota imperdonable en el centro del campo y además tuvo la desgracia de que fue a parar a pies del argentino. Avanzando por el eje, Leo inició un duelo de tres delanteros contra tres defensas, cambió el ritmo, encaró al defensor, realizó varios recortes y decidió resolver con un tiro raso y cruzado. La temperatura de Ipurua volvió a situarse bajo