Diagonal, reforma pendiente
LA reforma de la Diagonal iniciada bajo el mandato del anterior alcalde, Xavier Trias, se ha quedado a medias. Son muchas las voces, sobre todo de los comerciantes, que piden que esta reforma se complete en todo el tramo central de la citada avenida y que la ampliación de las aceras, incluidos los carriles bici, se prolongue desde paseo de Gràcia hasta la plaza de las Glòries. Tiene todo el sentido común ciudadano y comercial hacerlo así. Esta obra incluso sería preferible al paso del tranvía que pretende el equipo municipal de Ada Colau.
Barcelona debería revitalizar económica y socialmente un espacio de la ciudad tan importante como el citado tramo de la Diagonal, que actualmente se encuentra en un estado lamentable. La estrechez de sus aceras, la amplitud de la avenida y el tráfico intenso que circula por ella hacen que pierda atractivo para los peatones y para el comercio, ya que se convierte tan sólo en un lugar de paso y no de paseo y disfrute. La prueba es que una parte importante de los locales disponibles en esa zona se hallan con las persianas bajadas, en venta o alquiler. Este es un lujo que la ciudad no puede permitirse, fundamentalmente porque dicho tramo de la Diagonal tiene un gran potencial de mejora. Son muchas las personas que transitan por él, sobre todo turis- tas, que suben por paseo de Gràcia y se encaminan hacia la Sagrada Familia, pero que se ven obligadas a caminar por el paseo central, rodeadas de coches a derecha e izquierda. El paso del tranvía por la Diagonal agravaría este efecto barrera entre los dos lados de la avenida.
El comercio es el principal motor de la economía y del empleo de Barcelona, y sería bueno que el Ayuntamiento atendiera las sugerencias de sus representantes en beneficio de toda la ciudad. Efectivamente, la reforma del citado tramo central de la Diagonal no sólo dinamizaría la economía y el comercio sino que también daría una nueva vida cultural a la zona, en la que hay varios edificios modernistas, al tiempo que revitalizaría todas las manzanas del Eixample que atraviesa.
No hay duda que ampliar las aceras, mejorar la iluminación y renovar el maltrecho pavimento existente en ese tramo de la gran avenida ayudaría a dar un mayor atractivo y dinamismo al centro de la ciudad y, asimismo, contribuiría a descongestionar otras zonas urbanas. Así ha sucedido ya en el tramo de la Diagonal ya reformado, cuyo ejemplo debería seguirse. No hay que inventar nada; bastaría con hacer lo mismo, una vez comprobados los efectos beneficiosos que comporta para el conjunto de la ciudad..