Trimestre astral
Esta es la séptima temporada que recorro cada lunes una población distinta en pos de palabras o expresiones propias del lugar. Lo hacemos con el equipo de exteriores del programa Divendres de TV3, capitaneados por Espartac Peran. Ahora hacía tiempo que no me sorprendía ningún hallazgo verbal, pero hoy en Cervera topo con una perla. El filólogo Albert Turull, uno de mis informantes, me dice que a los personajes singulares que destacan por su originalidad les llaman astròlics. Una evidente derivación de astrólogo que me deja perplejo porque revela un concepto de la originalidad muy curioso, que se acerca a la extravagancia. La astrología es una actividad muy discutida, que algunos encumbran y otros banalizan, pero a la que a menudo se recorre cuando se buscan predicciones que aventuren alguna solución a situaciones de gran incertidumbre. Unas elecciones, por ejemplo. O una investidura. Me sorprendió mucho que las huestes de astrólogos no se lanzaran a predecir el acuerdo in extremis por la presidencia de la Generalitat que impidió que ayer 6 de marzo volviéramos a votar. Tal vez los catalanes pensamos que la astrología es demasiado importante para dejarla en manos de los astrólogos y delegamos en los tertulianos, politólogos y comentaristas diversos de la actualidad. No como en países más avanzados, por ejemplo la República Dominicana, donde veo que el astrólogo Bismarck Morales predice que el actual presidente Danilo Medina ganará las elecciones generales que se celebrarán el 15 de mayo, lo que no significa arriesgar mucho, pero añade que la oposición encabezada por el candidato Luis Abinader obtendrá entre un 36 y un 38 por ciento de los votos, y eso ya es afinar un poco.
Ahora que la patata caliente de los acuerdos vive en Madrid, compruebo con satisfacción que algunos astrólogos españoles sí se lanzaron a hacer pronósticos. Ernesto G. Bermejo estudió la carta astral de Rajoy y le pronostica que “próximamente se dará el fin irremediable de una situación”. Ay. Jiménez Sanmillán veía presidente a Pedro Sánchez con el apoyo de Rivera. Uy. Vicente Rausell Lillo pronosticó que habría presidente el pasado 18 de enero, y que sería Alberto Núñez Feijóo, con el apoyo de Ciudadanos. Ay. De momento, va tarde, pero no parece imposible. El único que apostó por Rajoy firma Mago Moisés: “Neptuno entra de lleno en su Medio Cielo... a finales de enero y primeros de febrero, día más o menos... Rajoy será investido como presidente con el apoyo de una gran mayoría algo difusa, difusa porque será investido tras una abstención...”. Quizá al tal Moisés no le va de un mes, pero me temo que tanto a él como a Rajoy se les ha pasado el arroz.
Compruebo con satisfacción que algunos astrólogos españoles sí se lanzaron a pronosticar, ay, la investidura