La Vanguardia (1ª edición)

Pacto en Sant Jaume

- Enric Sierra

Huele a cocido en la plaza Sant Jaume de Barcelona. El olor proviene de los fogones del Ayuntamien­to donde se está acabando de cocinar el pacto entre el gobierno de Barcelona en Comú y el PSC que podría quedar listo en las próximas semanas. Los chefs del Consistori­o llevan meses trabajando en la laboriosa preparació­n de un acuerdo que ha entrado en el congelador varias veces por culpa del calendario electoral, primero por las elecciones catalanas de septiembre, después por los comicios generales de diciembre y, recienteme­nte, por las difíciles negociacio­nes para configurar gobierno en España. Estas últimas conversaci­ones han tensionado la relación entre PSOE y Podemos hasta el punto que voces de una y otra formación desaconsej­an un acercamien­to entre socialista­s y podemitas aunque sólo fuera en el Ayuntamien­to de Barcelona. Pero también hay defensores del acuerdo en la capital catalana para que actúe como líquido descongela­nte en la fría relación entre los dos partidos.

Así lo ven los socialista­s catalanes que el viernes recibieron el plácet de sus hermanos del PSOE tras el fracaso en el segundo intento para investir a Pedro Sánchez presidente del gobierno español. Tanto Miquel Iceta, primer secretario del PSC, como Jaume Collboni, líder municipal socialista en Barcelona, estuvieron el viernes en el Congreso de los Diputados, apoyando a sus colegas y confirmand­o el apoyo del jefe de fi-

El pacto para que el PSC entre en el gobierno de Colau está a punto y puede ser balsámico en la relación con Podemos

las del PSOE ante un posible acuerdo de gobierno con la alcaldesa Ada Colau. Es verdad que el PSC dispone de autonomía para tomar esta decisión, pero también es cierto que los socialista­s catalanes no harían nada ahora que pudiera perjudicar la estrategia del PSOE en España. “Un acuerdo en Barcelona y en el Ayuntamien­to de Madrid demostrarí­a que el entendimie­nto con Podemos es posible y podría reabrir el diálogo roto la semana pasada”, afirman desde el PSC. Un cocido balsámico, vaya.

Por esta razón y ante la falta de mayoría suficiente para aprobar el presupuest­o municipal, los socialista­s aceleran en el Consistori­o barcelonés para cerrar el acuerdo que facilite la modificaci­ón de crédito de 275 millones de euros y que, en la práctica, garantice las inversione­s para lo que queda de año. Esta aprobación necesita una mayoría simple y se ha aplazado dos veces porque el PSC quiere asegurarse que las áreas que gobernarán en pocas semanas tendrán la dotación económica adecuada. Son lógicas, pues, las precaucion­es de los socialista­s que aspiran a dirigir las políticas de promoción económica del Ayuntamien­to y, en especial, su plan de creación de 30.000 puestos de trabajo.

El gobierno de Colau ansía el voto del PSC para desencalla­r las inversione­s y desea la entrada de sus concejales en el gobierno para que les saquen del colapso de trabajo en que están metidos desde que llegaron al poder, que les impide atender en condicione­s su agenda política. El pacto en Sant Jaume está en su punto de cocción y podría servirse como plato de Semana Santa. Huele a cocido y sólo un contratiem­po de última hora puede devolverlo al congelador.

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