Contra el cáncer en la camiseta
Un equipo nacido en Tarragona ficha a personas que han superado la enfermedad para competir en la carrera de BTT más dura del mundo
Me falta un riñón, un trozo de pulmón y llevo una prótesis de titanio en la pierna izquierda; me dijeron: eres el prototipo de nuestro proyecto”, explica Antoni Isac. Exconseller de Justícia (1992-95), nacido en Lleida hace 65 años, luce la camiseta del Cape Epic Cansa Tarraco, un equipo que ha hecho de la superación su bandera. La iniciativa, que se dio a conocer en La Vanguardia dos años atrás, con cuatro corredores de Tarragona, se ha convertido en un potente proyecto solidario integrado por doce ciclistas de varios países.
“Historias de superación en un reto solidario”, resume, orgulloso, Rubén Folgado, el alma máter del equipo. Este tarraconense de 45 años superó un cáncer de riñón en el 2011, hizo de la bicicleta su mejor rehabilitación y buscando la carrera más dura del planeta encontró la Cape Epic. Su sueño, participar en la prueba con un proyecto solidario, vivirá a partir del domingo su tercera edición, cada año más grande. El equipo recauda fondos para la lucha contra el cáncer en África y colabora con dos asociaciones más: Hol·la Genís, de lucha contra el cáncer infantil, y Yes With Cancer, que ayuda a los enfermos.
“Configuras la vida de una forma distinta, te planteas cosas que antes ni pensabas. El final de la vida es la muerte, no es el cáncer, es una enfermedad que puedes superar y seguir viviendo”, reflexiona Isac, apoyado sobre su bicicleta, junto al Pont del Diable de Tarragona. El exconseller ha dedicado los últimos 18 meses a prepararse para intentar superar un reto ma- yúsculo: acabar una prueba temida en el mundo por su dureza y hacerlo a su edad y en sus circunstancias.
Antoni no está solo. Sergio Paz, otro de los pioneros del equipo, ha conseguido acabar la carrera a pesar de tener un brazo amputado. “Es un reto personal, de superación, cuando te pasa una desgracia como esta te propones hacer cosas que una persona normal no se plantearía”, explica. Los vertiginosos descensos de la Cape Epic no han sido obstáculo suficiente. Sergio volverá a correr este año en Sudáfrica.
“Te sientes bien y piensas: por qué no?”, dice Isac. En su caso sería un éxito absoluto cruzar la meta el domingo 20 de marzo, cuando se dispute la última etapa. “Me conformo con llegar el 600”, dice, sonriente. Aunque hay inscritos 1.200 corredores, la prueba se disputa por parejas. A Antoni se le borra la sonrisa cuando habla de su hijo, con quien tenía que correr la Cape Epic. En el último control médico le detectaron un problema cardiaco y Antoni se ha tenido que buscar otra pareja.
El equipo tarraconense busca cada año el apoyo necesario para pagar las inscripciones, además de poner dinero de su bolsillo; todo se dedica a la lucha contra el cáncer. Cada pareja de corredores aportará en total unos 8.000 euros, más del doble de lo que se exige para la inscripción. “Es nuestro compro- miso”, explican. Varias empresas e instituciones de Tarragona, incluidos algunos ayuntamientos y el MBA de la Universitat Rovira i Virgili (URV), se han implicado en el proyecto, que colabora directamente con una fundación internacional de lucha contra el cáncer en África: CANSA (The Cancer Association of South Africa). “No es lo mismo sufrir un cáncer aquí que hacerlo en África”, advierte Folgado, directivo en una de las empresas de referencia del polígono petroquímico de Tarragona y exalumno del MBA de la URV. Él ha puesto todo su conocimiento y contactos al servicio del proyecto. “Es como una pequeña empresa, te tienes que mover todo un año para correr la prueba”, subraya.
“La bicicleta me ha dado vida, el deporte te sirve para pasar el cáncer en las mejores condiciones y recuperarte más rápido”, asegura Rubén, con una vitalidad que se pega, instantes antes de seguir con el entrenamiento. “Nos vemos a la vuelta de Sudáfrica”, se despide.
Antoni Isac, exconseller de Justícia, es el último fichaje: ha vencido a un cáncer de riñón y otro de pulmón