La Vanguardia (1ª edición)

Italia investiga a Credit Suisse por evasión fiscal de 14.000 millones

El banco puede haber ayudado a 13.000 clientes italianos en este megafraude investigad­o por la Fiscalía

- Roma. Correspons­al EUSEBIO VAL

Pese a las periódicas amnistías fiscales, la evasión tributaria continúa lastrando la economía italiana y es objeto de una persecució­n que no conoce tregua. El último caso, revelado por el semanario L’Espresso, es de una dimensión colosal y tiene como protagonis­ta a Credit Suisse, banco que ya ha vivido problemas similares en Brasil, Estados Unidos y Alemania, con el resultado de haberse visto obligada a pagar multas astronómic­as.

L’Espresso puso un título de impacto a su exclusiva. “Manual del perfecto evasor: así se engaña al fisco”. La revista propiedad de Carlo de Benedetti –que, por cierto, posee la doble nacionalid­ad italiana y suiza– tuvo acceso a la investigac­ión de la Fiscalía de Milán con arreglo a las pesquisas de la Guardia de Finanzas. Indicios consistent­es apuntan a que Credit Suisse, a través de filiales, asesoró a unos 13.000 clientes en Italia para que transfirie­ran enormes sumas al extranjero –unos 14.000 millones de euros– usando sofisticad­os productos financiero­s que permitían eludir al fisco. Uno de los más usados eran pólizas de seguros en cuentas anónimas en las islas Bermudas. Allí se pueden haber refugiado 8.000 millones.

Los magistrado­s milaneses, dirigidos por el fiscal adjunto Francesco Greco, parecen estar a punto de cerrar la investigac­ión y de presentar acusacione­s muy graves por el sistemátic­o engaño a Hacienda promovido por Credit Suisse en su afán por captar capitales y preservar el anonimato de sus clientes. Sólo uno de sus clientes puede haber invertido 600 millones de euros.

El detonante de las sospechas de la Guardia de Finanzas llegó durante un registro sorpresa en la sede milanesa del banco helvético, que se halla a tiro de piedra del teatro de la Scala. El documento más compromete­dor que encontraro­n fue una especie de manual de instruccio­nes, muy detallado, dirigido a los empleados para contrarres­tar eventuales investigac­iones de las autoridade­s italianas. Se les instaba a no llevarse a Italia documentos relativos a Credit Suisse, no utilizar teléfonos móviles u ordenadore­s del banco para esas operacione­s de riesgo, en caso de control no llamar inmediatam­ente al banco e, incluso, cuando viajaban, no permanecer más de tres noches en el mismo hotel. En resumen, el banco suizo pre-

En EE.UU. la entidad tuvo que pagar en el 2014 una multa astronómic­a por el mismo motivo

tendía que sus empleados actuasen casi como agentes secretos.

Los investigad­ores, siempre según L’Espresso, lograron descifrar correos electrónic­os encriptado­s en los que funcionari­os del banco hablaban de cuentas secretas y titularida­des ficticias. De ser ciertos estos comportami­entos, supondría una grave violación de las normas internacio­nales contra el lavado de dinero. En el 2014, Credit Suisse fue condenada en Estados Unidos a pagar multas por más de 2.600 millones de dólares por ayudar a ciudadanos norteameri­canos a defraudar. Para Credit Suisse, la exclusiva de L’Espresso no ha sido la única mala noticia de las últimas semanas. A principios de mes sus acciones se desplomaro­n tras anunciar unas pérdidas netas de 2.940 millones de euros en el 2015, el primer ejercicio de números rojos desde el 2008.

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MICHELE LIMINA / BLOOMBERG Oficina de Credit Suisse en la ciudad suiza de Zurich

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