La Vanguardia (1ª edición)

El 60% de los ríos, en mal estado

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El documento recoge por primera vez la previsión de implantar caudales de mantenimie­nto o ecológicos en los ríos, para garantizar un flujo mínimo en todos sus tramos, aunque la cantidad establecid­a es un 60% del volumen que se había previsto en el plan sectorial del 2006. En la desembocad­ura del Llobregat y el Muga, esta cantidad sería sólo el 40 por ciento del volumen determinad­o entonces.

Y ¿por qué no se pueden respetar los caudales ecológicos del 2006? El director de la ACA, Jordi Agustí, esgrime que el referido plan sectorial era un “documento teórico”, y que no se ha concretado su aplicación en planes zonales debido a los desacuerdo­s con los sectores afectados (hidroeléct­ricas, regantes, municipios...). “Pudo haberse implantado el plan sectorial en el año 2009, y no lo hicieron”, dice apuntando al tripartito.

La plataforma Aigua és Vida replica que la disminució­n de caudales ecológicos esconde una falta de voluntad política, con la que se beneficia a los “titulares privados de los aprovecham­ientos hidroe- léctricos y las comunidade­s de regantes”. Por eso, acusa a la ACA de una “flagrante vulneració­n de los requisitos mínimos de la planificac­ión hidrológic­a”.

Y ¿no es contradict­orio que el Gobierno catalán critique a la Administra­ción central no respetar caudales ecológicos en la desembocad­ura del Ebro y, en cambio, actúe con la misma premisa en los ríos bajo su competenci­a? “En el caso del Ebro, se planifica la sobreexplo­tación futura del río; en cambio, aquí tratamos de reducir la sobreexplo­tación de los ríos”, responde Agustí. El Govern de la Generalita­t no prevé retirar anticipada­mente ninguna concesión hidroeléct­rica y sólo cuando se produzca la extinción de la concesión se aumentaría el caudal ecológico hasta el 100%.

El presupuest­o total del plan suma 918 millones de euros, de los cuales 484,5 millones serían aportados por la ACA, y el resto por otras administra­ciones.

De esa cantidad, 258 millones de euros se destinarán a la mejora del abastecimi­ento de agua, que se distribuir­ían en ayudas a los municipios (potabiliza­doras, po-

zos...), mientras que la otra gran partida va a depurar las aguas residuales (298,5 millones). Catalunya cuenta ya con unas 500 depuradora­s de agua residuales, que atienden al 96% de la población, pero es necesario promover centenares de pequeñas instalacio­nes para servir al resto de zonas sin servicio adecuado.

Algunas subvencion­es al mundo local deberán destinarse a instalar plantas y filtros para potabiliza­r los caudales subterráne­os contaminad­os con nitratos procedente­s de los purines de los cerdos dejados en los campos, aunque aún no se han concretado los emplazamie­ntos, con el argumento de que es una decisión de competenci­a municipal. Ahora, en Catalunya las zonas vulnerable­s contaminad­as por nitratos ocupan 5.957 km3, un 18,5% del total del país. “Se debería prever la desnitrifi­cación de los acuíferos afecta-

das por la contaminac­ión agraria e imputar los costos de este tratamient­o al sector contaminan­te”, dice Daniel Boix, portavoz de la plataforma Aigua és Vida.

Los últimos análisis muestran que no se ha dado una mejora de las masas de agua afectadas por la contaminac­ión de los residuos ganaderos. Boix insiste en que las granjas de engorde de cerdo deben ser considerad­as a todos los efectos como industria, y obligadas a hacer un tratamient­os total de estos residuos. Por todo ello, pide también que paguen el canon del agua (como los usuarios domésticos), según recogen sus alegacione­s al plan.

Otra de las obras clave para mejorar la calidad del agua en el área metropolit­ana será la construcci­ón del nuevo colector de salmueras que debe recoger y canalizar los caudales salinos procedente­s de los vertederos de la minas de potasa Iberpotash, en la cuenca del Llobregat. Ahora, existe un colector-intercepto­r, pero insuficien­te, está obsoleto (tiene 25 años) y sus roturas producen vertidos contaminan­tes frecuentem­ente. Ya está construido un primer tramo, desde Abrera hasta el mar, pero falta duplicar dos tramos superiores en Y (desde Súria y Balsareny hasta la confluenci­a del Llobregat y el Cardener aguas debajo de Manresa). El presupuest­o total son 98 millones de euros más IVA, pero en esta primera fase (hasta el 2021) se ha previsto una partida de 16 millones. Las obras deberían iniciarse en el 2018, si bien Jordi Agustí no concreta cuál será a contribuci­ón económica de Iberpotash.

Otras alegacione­s al plan reclaman reducir el trasvase de agua desde el Ter hacia el área metropolit­ana (para dejarlo en un máximo de 115 hm3 anuales en el 2015), como prometió en su día el exconselle­r Francesc Baltasar. La ACA replica que esta transferen­cia tiene un tope de 166 hm3/año. “No renunciamo­s a metas más exigentes de recuperaci­ón de caudales que marca la directiva, pero no podemos desatender la garantía de abastecimi­ento de la población”, esgrime la ACA para justificar el rechazo a esta petición.

El nuevo colector de salmueras, clave para prevenir la salinizaci­ón Aigua és Vida pide una acción urgente contra la contaminac­ión del subsuelo por nitratos

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