La teoría de los ‘rackets’
Una nueva generación está dispuesta a realizar cualquier trabajo porque no está ligada a ningún trabajo
Los diccionarios de inglés traducen racket por “ruido”. Pero este término, que en argot norteamericano, significa “trabajo” o “negocio”, también puede usarse para describir una actividad deshonesta o ilegal, como una estafa o un chantaje. Es este el sentido que quería significar Max Horkheimer cuando, a principios de los años 40 del siglo pasado, escribía sobre el racket como forma de dominio. Horkheimer era un filósofo alemán, cofundador del Instituto de Investigación Social, más conocido actualmente como Escuela de Frankfurt, que, tras la llegada de Hitler a la Cancillería, se instaló en EE.UU. Fue allí, durante la Segunda Guerra Mundial, donde Horkheimer, de orígen judío, desarrolló la teoría de los rackets.
Como señaló Peter Stirk en el libro que dedicó a este autor ( Max Horkheimer: A New Interpretation), Horkheimer tenía entonces un ojo puesto en la situación europea, marcada, por la irrupción del fascismo y el nazismo, y el otro en la realidad del país de llegada, donde el gansterismo, el crimen organizado, tenía un papel relevante. Bertolt Brecht ya había retratado en alguna de sus obras a los nazis como gánsteres. Por otro lado, la forma típica de proceder de este colectivo, el negocio de la protección, en el que los gánsteres extorsionan a sus víctimas a cambio de la protección respecto a la amenaza que ellos mismos representan, ofrecía un modelo fácilmente extrapolable al ámbito del pensamiento sobre el domi- nio del Estado y de los grupos de poder económico sobre los ciudadanos en una época de capitalismo monopolista en que, a nivel mundial, el papel del mercado se había convertido en irrelevante en beneficio de grandes grupos económicos que habían obtenido su posición gracias a decisiones políticas. Para Horkheimer, con el capitalismo monopolista, la clase dominante había devenido una estructura de rackets, de bandas organizadas que, a pesar de que podían guerrear entre ellas, ejercían conjuntamente sobre la sociedad un tipo de coerción que era la propia de estos negocios.
Horkheimer sólo desarrolló su teoría sobre la lógica criminal de la política del capitalismo monopolista en textos que, en su mayoría, se publicaron póstumamente. Pero esta teoría aparece, como un espectro, en el capítulo La industria cultural de la Dialéctica de la Ilustración, una obra escrita en colaboración con Theodor Adorno, publicada cuando aún era vivo. En este capítulo los autores hablan de la sociedad del capitalismo tardío como una sociedad en que todo el mundo se ha convertido en empleado y de una nueva generación que está dispuesta a realizar cualquier trabajo porque no está ligada a ningún trabajo en concreto y para la cual la existencia se ha convertido en un rito perpetuo de iniciación donde cada quien debe demostrar que se identifica sin reservas con el poder que lo golpea. Esta obra se publicó por primera vez en 1944. Eran otros tiempos. Pero en la modalidad presente del capitalismo, en que se supone que todo el mundo debería convertirse en emprendedor de sí mismo, la teoría de los rackets se presenta con una rara actualidad.