¿El Congreso de las Diputadas?
Podemos y Compromís piden el cambio de nombre de la Cámara Baja
El Congreso de esta incierta XI legislatura que acaba de echar a andar es el más femenino de la historia, ya que 140 diputadas comparten escaño con otros 210 diputados. Una proporción del 60%-40% a favor de los varones aún muy lejana de la paridad pero que, a juicio de Podemos, “marca un punto de inflexión en la participación de la mujer en la vida parlamentaria”. “Un uso sexista del lenguaje obvia una realidad patente en el hemiciclo, los pasillos y todas las dependencias de esta casa: las mujeres no somos una excepción”, añade la formación morada.
Así que, aprovechando el día internacional de la Mujer, el partido de Pablo Iglesias y Compromís registraron ayer sendas proposiciones no de ley en las que, entre otras iniciativas en favor de la utilización de un “lenguaje inclusivo”, reclaman podar el nombre constitucional del Congreso de los Diputados. Quizá fuera más políticamente correcto –según el lenguaje político imperante– denominarlo “Congreso de los Diputados y las Diputa- das”. Aunque más efectivo sería dejarlo, simplemente, en “Congreso”.
“No tenemos ayuntamientos de los concejales ni Senado de los senadores, así que no tenemos por qué tener un Congreso de los diputados, que excluye no solo a las mujeres diputadas, sino también a aquellas a las que representamos”, argumentó una de las impulsoras de la iniciativa, la diputada de Compromís Marta Sorlí.
La idea, en cuanto tuvo noticia de ella, fue bien acogida por el presi- dente del Congreso, Patxi López. “Me parece bien. Aquello que no se nombra no existe, y cuando no nombramos a las mujeres, desaparecen de la vida pública”, explicó a La Vanguardia. El único pero que surgió es que modificar el nombre del Congreso requeriría una reforma de la Constitución, donde esta institución aparece plasmada con su denominación completa.
Ningún problema, replicó no obstante el portavoz de Compromís, Joan Baldoví, pues a su juicio “con el cien por cien de los votos afirmativos” de la Cámara se podría acometer una reforma “exprés” de la Constitución, en un “gesto” político en el que todos los grupos, en su opinión, se podrían poner “perfectamente de acuerdo”.
“El nombre de Congreso nos representaría a todos y no dejaría a nadie fuera”, corroboró la diputada de Podemos Rosana Pastor. Y se sumaron los respaldos, también del PSOE. “¡Un gran acierto! ¡Parece mentira que antes nadie hubiera caído en ello!”, clamó por su parte Joan Tardà, portavoz de ERC.
Pero, como siempre en el Congreso, nunca llueve al gusto de todos. “¡Me parece una tontería!”, replicó la vicepresidenta primera, la popular Celia Villalobos. “Se llama
“¡Me parece una tontería, se llama así desde hace siglos!”, clama la vicepresidenta Celia Villalobos (PP)
así desde hace siglos, hay que cambiar las cosas serias que a las mujeres nos afectan”, justificó.
Pero Marta Sorlí no se arredró: “También se calificaba de tontería que se añadiera la a las ampas o que las mujeres reclamaran el voto hace unos años. No son una tontería, a veces las cosas que creemos más insignificantes generan una incidencia en la sociedad mucho más alta que las grandes propuestas que quedan en papel mojado”, defendió. Y el debate quedó servido.