Maria Sharápova
TENISTA
La jugadora rusa, de 28 años, dio positivo en un control antidopaje en el pasado Open de Australia y ayer supo que algunos de sus principales patrocinadores (Nike, TAG Heuer o Porsche) han cancelado los contratos.
La primera consecuencia para Maria Sharápova, después del anuncio que hizo en Los Ángeles de que dio positivo en un control antidopaje realizado el 26 de enero en el Open de Australia, es económica. Nada preocupante para una deportista que lleva once años liderando la lista de ingresos y que, sin ir más lejos, el año pasado triplicó los ingresos obtenidos en la pista gracias a las aportaciones de la publicidad. Ahora, sin embargo, tres patrocinadores de la entidad de Nike, TAG Heuer y Porsche ya han anunciado que rompen su colaboración con la tenista rusa, exnúmero uno del mundo y ganadora de cinco Grand Slam. Sharápova se dejará mucho dinero en el camino, pero no hay ninguna duda de que continuará siendo rica, muy rica. Sólo el contrato con Nike le reportaba ocho millones de euros al año hasta el 2018, fecha en la que finalizaba.
Entre las pocas voces que se han levantado en defensa de Sharápova está la de Shamil Tarpischev, presidente de la Federación Rusa de Tenis, aunque la jugadora ha tenido una relación de amor-odio con el país donde nació en 1987 y que abandonó muy pronto para instalarse en la escuela de Nick Bollettieri en Florida y convertirse luego en la campeona que es. “Creo que todo esto no importa tanto. Los atletas toman lo que los fisioterapeutas y los médicos les dan. Estoy convencido que después de todo, Sharápova estará en los Juegos Olímpicos”, ha explicado Tarpischev.
Desde que la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) incluyó el meldonio en la lista de sustancias prohibidas –a partir del 1 de enero de este año–, varios deportistas han dado positivo en los controles. Entre ellos están la sueca Abeba Aregawi, campeona del mundo en 1.500 metros en el 2013, los rusos Ekaterina Bobrova –campeona olímpica de patinaje artístico en el 2104– y Eduard Vorganov –ciclista–, el etíope Endeshaw Negesse –vencedor del maratón de Tokio en el 2015– y seis luchadores de Georgia. “El meldonio –ha explicado Craig Reedie, máximo responsable de la AMA– es un producto que se vende exclusivamente en la Europa del Este –de hecho, su venta no está disponible ni en Europa ni en Estados Unidos–. Se trata de una venta libre, aunque se necesita una receta médica cuando el uso es muy frecuente”.
La pregunta a partir de ahora es sencilla: ¿qué sanción le espera a Sharápova? En opinión del presidente de la AMA, un año. En cambio, John Haggerty, abogado de la tenista, habla de un máximo de cuatro años –lo que representaría su retirada de las pistas–, una pena que podría reducirse a dos o inclu- so menos si la comisión antidopaje de la Federación Internacional de Tenis tiene en cuenta las explicaciones dadas por la jugadora. Entre estas se encuentra que tomaba meldonio desde el 2006 para prevenir los antecedentes de diabetes familiares... cuando solamente desde el 2009 se utiliza para esta finalidad.
Al contrario de lo que ha sucedido en otros deportes como el atletismo y principalmente el ciclismo, el tenis ha convivido durante muchos años con el dopaje sin escándalos de relieve. El argentino Mariano Puerta, derrotado por
“Los atletas toman lo que los fisioterapeutas y los médicos les dan; estará en los Juegos Olímpicos”
Rafa Nadal en la final de Roland Garros del 2005, fue sancionado por dos años al consumir anabolizantes y el croata Marin Cilic –campeón del Open de Estados Unidos en el 2014– fue castigado el año anterior durante nueve meses por uso de anabolizantes. Al reconocer su culpabilidad como ha hecho Sharápova, su castigo se quedó en cuatro meses. El serbio Viktor Troicki se negó a pasar un control de sangre y se quedó un año sin jugar. En la lista figura una española, Nuria Llagostera, por uso del estimulante metanfetamina. En la actualidad, ocho jugadores están sancionados. El norteamericano Wayne Odesnik hasta el 2030 por reincidente.
Desde el pasado 1 de enero varios deportistas han dado positivo por consumo de meldonio