La Vanguardia (1ª edición)

Las series más americanas

‘Justified’ se despide como un western que descartó suavizar los valores de la América profunda y deprimida para ser más exportable

- PERE SOLÀ GIMFERRER Barcelona

El poder blando que ejerce Estados Unidos sobre el resto del mundo tiene sus consecuenc­ias y hay tradicione­s que entendemos más allá de sus fronteras con la ayuda de Hollywood. Dominamos conceptos básicos como el significad­o del sueño americano, sabemos que el quarterbac­k suele ser el popular del instituto y ni pestañeamo­s cuando vemos las cenas de ensayo del día antes de la boda en las películas románticas. La industria lo aprovecha porque sabe que en el mercado internacio­nal están los beneficios de muchas de sus produccion­es. Afortunada­mente, hay algunas series que se desmarcan de la tónica general y que tienen denominaci­ón de origen más allá de los tópicos y los lugares comunes. Por ejemplo, si alguien quiere saborear la América profunda, tiene la opción de viajar por ella gracias a la serie Justified, que está despidiénd­ose con su sexta temporada en Calle 13.

Raylan Givens (Timothy Olyphant) camina y se comporta como si estuviera en el lejano oeste. No entiende las normas que le dificultan impartir justicia por más que trabaje para las fuerzas de seguridad y tiene un dedo en el gatillo del revólver durante una conversaci­ón tensa. ¿La mayor virtud de Justi- fied? Los códigos heredados del western que la unen más con Centauros del desierto que con una serie policial del siglo XXI, y el aroma rústico del condado de Harlan (Kentucky). ¿La desventaja? Que estos rasgos también le han obstaculiz­ado ser popular fuera de Estados Unidos.

Como las últimas grandes series recientes, Justified también se ha podido permitir el lujo de terminar su recorrido cuando su showrunner Graham Yost lo ha creído oportuno siguiendo los pasos de Mad men, Breaking bad y próximamen­te The good wife. La única duda que queda pendiente es qué personajes sobrevivir­án en el predecible duelo final: Raylan o Boyd Crowder (Walton Goggins), su amigo de infancia y criminal. Pero la anécdota está en la concepción de la serie que distaba mucho de este desenlace. Cuando Yost decidió adaptar el relato corto de Elmore Leonard en

forma de serie, Boyd debía morir en el primer episodio pero el carisma del actor hizo cambiar el rumbo del personaje, que tanto formaba parte de una banda de supremacis­tas blancos como se daba la mano con la comunidad negra si podía sacar algún beneficio.

Este ADN local no sólo consiste en mostrar el lado más íntimo de su cultura sino también en desvelar las problemáti­cas más arraigadas de la sociedad. Por ejemplo, mientras hay ficciones que pasan de puntillas por las realidades menos amables (¿cuántas personas no podrían tratarse en el hospital de

Anatomía de Grey por falta de recursos o un seguro inadecuado?), otras denuncian la deformidad del sistema. En American crime, que está emitiendo C+ Series, el guionista John Ridley ( Doce años de es

clavitud) habla del acoso escolar y de la atrocidad de las violacione­s, y también critica ferozmente todo el sistema educativo y judicial del país. El principio de igualdad brilla por su ausencia cuando un alumno de origen humilde denuncia un compañero de clase por abusar de él en una fiesta. “La carga emocional y el tratamient­o de las tramas es tan potente, que trasciende­n el envoltorio y llegan a la gente, al margen de donde viva”, defiende Miguel Salvat, director de contenidos premium de Movistar Plus. A la hora de apostar por un título, él defiende que no sólo se fija en si toca un tema exportable sino que lo considera un “factor secundario”.

En cualquier caso, la gran oferta de contenidos que vive el modelo televisivo actual está permitiend­o que los más seriéfilos puedan consumir ficciones más locales como Nashville, Empire, Rectify, Friday

night lights, y comedias familiares que abrazan la diversidad racial como Blackish o Recién llegados. Y Justified y American crime puede que no provoquen vendavales por ser tan americanas pero también demuestran lo estimulant­e que puede ser consumir series producidas sin el filtro genérico de Hollywood, que suele suavizar el contraste para que sean más accesibles.

‘American crime’ opta por denunciar que el principio de igualdad no existe en el sistema judicial y educativo

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FX Timothy Olyphant recuperó la esencia del western como protagonis­ta y productor de Justified, aquí con Joelle Carter
 ?? ABC. ?? Felicity Hufffman en la segunda temporada de American crime
ABC. Felicity Hufffman en la segunda temporada de American crime

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