El lied vale la pena
Marie SeidlerHilko Dumno Obras de: Schubert, Brahms, Wolf, etcétera Lugar y fecha: Cicle Schubertíada. Conservatorio del Liceu (7/III/2016) Veintinueve. Este fue, ni más ni menos, el número de espectadores que ocupaban el auditorio del Conservatorio del Liceu la noche del martes, en el primer concierto de la Schubertíada de este año. Ciertamente, era un día de actividad musical en la ciudad, con concierto en el Palau y ópera en el Liceu. Sin embargo... haría falta plantearse realmente qué pasa con el lied en Barcelona, y sumar esfuerzos y aglutinar los dos ciclos más o menos permanentes en uno solo, con buenas campañas de sensibilización y de marketing. Sencillamente, porque vale la pena.
Especialmente, si se cuenta con artistas que Jordi Roch tiene la habilidad de descubrir: Mathias Goerne, Juliane Banse o la pianista Khatia Buniatishvili han sido algunos de ellos. Y en el futuro veintinueve personas recordaremos el primer concierto en Barcelona de la mezzosoprano Marie Seidler, que nos permitió disfrutar de una velada entre amigos, como eran realmente las Schubertíadas en tiempos del compositor de La muerte y la doncella. Cuatro lieder del vienés, tres de Brahms, cinco de Wolf y seis baladas de músicos germánicos menores (Diepenbrock, Loewe, Sommer y Draeseke) protagonizaron durante una hora las excelentes interpretaciones de una cantante joven, atractiva, de voz sencillamente preciosa y de generosa expresividad. Seidler sirvió espléndidamente el patetismo del Du liebst mich nicht schubertiano, la noble dulzura del Dein blaues Auge de Brahms o la picardía de In dem Schatten meiner Locken de Wolf. Buena complicidad con el piano de Hilko Dumno, especialmente en Elfenlied y en la segunda balada de Draeseke. Retengan, en todo caso, el nombre de Marie Seidler. Y, por favor, asistan a conciertos de lied, al margen de Vilabertran.