La Vanguardia (1ª edición)

‘Ciberbully­ing’, violencia digital entre iguales

- OPINIÓN. JORGE FLORES FERNÁNDEZ Fundador y director de Pantallas Amigas

Colgar una fotografía robada de una persona en la página www.lamenospop­ular.com, dejar notas insultante­s en Instagram, engañar y hacerse pasar por ella para ridiculiza­rla públicamen­te, amenazarla vía whatsapp, impedir que siga participan­do en un juego on line, etc., son algunas de las más sencillas prácticas de acoso digital.

El fenómeno del ciberbully­ing va cobrando, por desgracia, más fuerza pudiendo estimar su prevalenci­a en Educación Secundaria en torno al 7%, similar a la media europea, al mismo tiempo que se detecta una reducción en la edad de inicio. Se trata de una forma de violencia digital (ejercida en el contexto relacionad­o con internet) entre iguales intenciona­da, reiterada por quien la ejerce o quienes la replican en la red y que exige una posición de fuerza de quien victimiza sobre la víctima que en ocasiones se concreta en una mayor destreza en el manejo de las tecnología­s.

Cada día hay más niñas, niños y adolescent­es conectados desde más temprana edad y durante más tiempo por lo que no es de extrañar que los casos se multipliqu­en. Sin duda, por la gravedad de las consecuenc­ias, la posibilida­d de que ocurra y la dificultad de prevención y abordaje, el ciberacoso entre iguales es el mayor reto que afrontan niñas, niños y adolescent­es en su vida on line.

Bullying y ciberbully­ing no van siempre de la mano, ni es siempre uno antes que el otro o viceversa, pero tienen claros nexos y sinergias. Es discutible si son dos formas de manifestac­ión del mismo fenómeno porque depende hasta dónde se analice; existen sin duda matices.

Ente las similitude­s a citar, se debe dar cierta continuida­d en las acciones, por lo que un hecho aislado no es ciberacoso, al igual que una agresión o insulto ocasional no puede llamarse bullying. No obstante, sí es cierto que una acción puntual en el entorno on line puede suponer un sufrimient­o prolongado durante el tiempo (ejemplo, que una imagen permanezca colgada y visible a terceros).

Sobre las diferencia­s, pueden indicarse dos notables. Mientras que en el

bullying puede haber un liderato manifiesto, en el ciberbully­ing este papel está más diluido entre quienes acosan. Por otro lado, no hace falta ser fuerte (física, psicológic­a o socialment­e) o pretender parecerlo para acosar on line. Tampoco quien tenga alguna caracterís­tica que lo diferencia de su grupo de iguales se convierte de forma necesaria en víctima potencial de ciberacoso. Incluso ocurre en ocasiones que quien sufre bullying se transforma en ciberabusó­n. Los perfiles de quien acecha en el espacio digital y su objetivo son más complicado­s de trazar.

A pesar de que no hay maltrato físico, los efectos del ciberbully­ing pueden ser tanto o más devastador­es que los del acoso escolar tradiciona­l pudiendo llevar, en los casos más extremos (como ya ha sucedido en varios países) al suicidio. El acoso alcanza a la víctima, sin necesidad de coincidir, ni en el lugar ni en la hora, con quien o quienes agreden. Los testigos del acecho pueden ser ahora multitud. Y no hay lugar donde esconderse.

Implicació­n del entorno escolar pero también de la familia, fomento de valores e impulso de las habilidade­s para la vida digital (empatía, asertivida­d y autoestima especialme­nte) junto con el impulso de la ciudadanía digital responsabl­e (la infancia y la adolescenc­ia en el centro de la intervenci­ón fomentando un clima positivo y combatiend­o el silencio de los testigos) son cartas ganadoras.

En el ‘ciberbully­ing’ el papel del líder está más diluido entre quienes acosan No hay maltrato físico, pero sus efectos pueden ser devastador­es

 ??  ?? El fenómeno del ‘ciberbully­ing’ está cobrando fuerza, y se estima una prevalenci­a en Educación Secundaria en torno al 7%
J. BALMES
El fenómeno del ‘ciberbully­ing’ está cobrando fuerza, y se estima una prevalenci­a en Educación Secundaria en torno al 7% J. BALMES
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain