Cambios en la educación superior
En breve habrá sitio sólo para dos escenarios: el de la diversificación y el de la selección
La educación superior está en un momento de cambio. Las críticas recibidas respecto de su desvinculación con el mundo real, y de su preferencia por la teoría en lugar de la práctica, se compaginan con las cosechadas por priorizar la investigación en lugar de la enseñanza y por destinar buena parte de sus recursos a contratar profesores y gerentes estrella en vez de invertir en la mejora de su actividad cotidiana. Al mismo tiempo, la abundancia de centros educativos y la distinta validez de sus títulos, que alcanza también a las escuelas de negocio, ha generado una vía de doble dirección, en la que las instituciones más prestigiosas aumentan su capital material y simbólico, mientras que el resto se dirigen hacia una supervivencia complicada.
En ese contexto, existen una serie de iniciativas que tratan de generar alter- nativas, algunas nacidas de la innovación que inducen las nuevas tecnologías y otras producto de la necesidad de cambios para hacer la oferta más atractiva. Entre las primeras se encuentran los MOOC (Massive Open Online Course), de los que se ha llegado a afirmar que van a poner en peligro los centros de
LA ELEVADA COMPETENCIA OBLIGA A LAS ESCUELAS DE NEGOCIO Y A LAS UNIVERSIDADES A INNOVAR
educación superior tal y como los conocemos. Entre las segundas, figuran proyectos como el de Ben Nelson, antiguo CEO de Snapfish, un servicio de fotografía on line que generó su fortuna con la venta de la empresa a Hewlett Packard por 300 millones de euros. Con parte del dinero obtenido ha puesto en marcha Minerva, una universidad que pretende reinventar la educación gracias a nuevas técnicas pedagógicas. En su centro, donde no caben las lecciones magistrales y se hace un uso intensivo de la tecnología, los estudiantes se ven obligados a viajar a través de varios continentes y a focalizarse en el ‘aprender haciendo’.
Las escuelas de negocio también tratan de innovar, dada la certeza de que su titulación estrella, el MBA, no posee ya la efectividad ilimitada que tuvo en el pasado. El estudio “Disruption on Steroids: Sea Change invthe Worlds of Higher Education in General and Business Education in Particular”, realizado por John R. Kimberly, de la Universidad de Pensilvania, y Hamid Bouchikhi, de ESEC Business School, señala cómo la competencia tiene lugar en nuevos territorios, caso del MBA basado en un MOOC que está realizando la Universidad de Illinois con un precio muy reducido, 20.000 dólares.
SACUDIDA RADICAL EN EL AULA
Harvard Business School tiene programas en línea dirigidos a estudiantes que buscan una introducción a la gestión empresarial relativamente baratos, además de MOOC innovadores que, gracias a la tecnología permiten la interacción del alumno con el profesor y los demás estudiantes igual que si estuvieran en un aula.
En todo caso, aseguran Kimberly y Bouchikhi, la arquitectura institucional de la educación en el terreno empresarial está lista para una sacudida radical, ya que el número de programas se reducirá, existirá una mayor integración de la formación en las grandes empresas, desaparecerán los programas tradicionales de MBA en 2 años, aumentará la
EXISTIRÁ UNA MAYOR INTEGRACIÓN DE LA FORMACIÓN EN LAS GRANDES EMPRESAS
oferta en grados preexperience, se desarrollarán modelos formativos de bajo costo basados en la tecnología y se vivirá una segmentación en las escuelas, donde muy pocos docentes estarán destinados a la creación de conocimiento.
En este contexto, en la próxima década habrá sitio sólo para dos escenarios: el de la diversificación y el de la selección. El primero supondrá la aparición de nuevos modelos de negocio que traten de adecuar la oferta de las escuelas a clientes muy distintos, programando cursos específicos o cubriendo necesidades concretas del alumno/cliente. En el escenario de la selección, la business
school basada en el modelo universitario se volverá irrelevante, dado que su cadena de valor no está integrada.