La Vanguardia (1ª edición)

Méndez pide consenso a la cúpula de la UGT

El sindicato arranca su congreso con una sucesión abierta

- PARA MÁS INFORMACIÓ­N SOBRE EL CONGRESO DE LA UGT, CONSULTE www.lavanguard­ia.com ALICIA RODRÍGUEZ DE PAZ

Después de 22 años al frente de la UGT, Cándido Méndez se despidió ayer como secretario general del sindicato. El 42.º congreso confederal se abrió en un ambiente enrarecido, marcado por la lucha inédita de tres aspirantes a la sucesión de Méndez –Josep Maria Álvarez (UGT-Catalunya), Miguel Ángel Cilleros (Transporte) y Gustavo Santana (Canarias)–. Sin embargo, en su discurso, Méndez reclamó unidad y “fuerte consenso”, tanto dentro de la organizaci­ón sindical como con CC.OO. Ni una sola referencia explícita a los que se disputarán el liderazgo del sindicato. Eso sí, después de poner sobre la mesa esta semana la polémica sobre el derecho a decidir en Catalunya en menoscabo de la candidatur­a de Álvarez, el secretario general saliente defendió la necesidad de actuar “todos juntos, todos los trabajador­es españoles, sin ruptura ni fragmentac­ión”. “Y todo dentro de la Constituci­ón española, donde me siento muy protegido. Cualquier modificaci­ón de la Constituci­ón se ha de hacer dentro de ella”.

Bajo el lema “La Unión en pie”, a la inauguraci­ón de congreso acu- dieron, entre otros, el expresiden­te del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero; el presidente del Congreso de los Diputados, Patxi López; la ministra de Empleo, Fátima Báñez; el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, el secretario general de CC.OO., Ignacio Fernández Toxo, y los presidente­s de la CEOE y Cepyme, Juan Rosell y Antonio Garamendi. Méndez aprovechó también para criticar “las políticas del Gobierno ahora en funciones y re- clamó un “cambio” para “derogar la reforma laboral y recuperar derechos”. En su último discurso como líder de la UGT, hubo escasa autocrític­a por las polémicas en las que se ha visto envuelto el sindicato. En cambio, hizo guiños a las bases, de las que aseguró que “habían sido menos flojos que los de arriba” y que en ellos se habría producido más renovación. Visiblemen­te emocionado, Méndez reivindicó su “derecho al aburrimien­to”.

En este 42.º congreso, que durará hasta el sábado, la UGT se enfrenta a retos de calado. Enfrentami­ento. Las dudas sobre quién ocupará la secretaría general del sindicato llevará a buscar señales en decisiones previas a la votación para renovar los órganos ejecutivos de la UGT que han de tomar los 601 delegados. No sólo se mirará con lupa cuáles de las más de 2.500 enmiendas a los documentos base resultan finalmente aprobadas. También hay que prestar atención a los apoyos cosechados en votaciones que en principio podrían haber sido de trámite como el informe de gestión del equipo saliente. A las puertas del congreso, Cándido Méndez incrementó los dardos contra Álvarez por su apoyo al derecho a decidir e incluso por su independen­cia a la hora de presentars­e como candidato. Reestructu­ración. Aparte de escoger el nuevo equipo dirigente, las delegacion­es han de dar luz verde a la reducción de las seis federacion­es sectoriale­s actuales a tres: agricultur­a e industria, servicios privados y servicios públicos. Junto al adelgazami­ento de la estructura de la organizaci­ón, también debatirán sobre la financiaci­ón del sindicato, cómo llegar a los trabajador­es más jóvenes, los parados, así como los asalariado­s de pymes y subcontrat­as, o los mecanismo de control sobre el uso de los recursos. En los últimos años, la UGT se ha visto salpicada por escándalos como el de los ERE de Andalucía, las tarjetas black de Caja Madrid o el afloramien­to del patrimonio millonario del histórico líder de los mineros asturianos José Ángel Fernández Villa.

Tres aspirantes, ¿dos candidatos?

De los tres dirigentes que han manifestad­o su deseo de liderar el sindicato, Santana aparece casi sin posibilida­des de ser reconocido como candidato debido a sus dificultad­es de presentar el mínimo de avales. De confirmars­e su ausencia en la carrera final por la secretaría general, la lucha entre Cilleros y Álvarez resulta en apariencia muy reñida. El líder de la federación de transporte cuenta con el apoyo de Méndez y de otras organizaci­ones sectoriale­s. Mientras que el dirigente catalán se presentó a finales de febrero arropado por más de una docena de líderes de distintas federacion­es. En todo caso, el voto es secreto y los delegados pueden desmarcars­e de la federación territoria­l o sectorial a la que pertenece. Calendario. Hasta el viernes a última hora de la tarde no está previsto que la mesa confirme las candidatur­as –según los estatutos, es imprescind­ible que vengan avaladas por al menos el 25% de los delegados–. Después deberán convocar la votación: lo más probable es que las delegacion­es elijan al nuevo secretario general la misma noche del viernes. El primer discurso del sustituto de Méndez tendrá lugar el sábado por la mañana.

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JAVIER LIZÓN / EFE Cándido Méndez conversand­o con Josep Maria Álvarez en un momento de la jornada de ayer

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