El Gobierno polaco no logra someter al Tribunal Constitucional
La Unión Europea exhorta a Varsovia a que respete el Estado de derecho
Polonia se encamina hacia una profunda crisis constitucional que amenaza la esencia misma del Estado de derecho y del equilibrio de poderes.
El Gobierno nacionalista y ultraconservador que dirige Beata Szydlo anunció ayer que no acatará la sentencia del Tribunal Constitucional, que ayer mismo declaró fuera de la Carta Magna los cambios en su funcionamiento que había decretado el Ejecutivo a finales del año pasado.
El Gobierno, después de una aplastante victoria en las urnas, intentó paralizar el Constitucional y condenarlo a la insignificancia. En este sentido, por ejemplo, aprobó por decreto que las decisiones del Alto Tribunal, para ser válidas, deberían ser aprobadas por dos tercios de los quince magistrados. Al mismo tiempo fijó en trece el número de jueces para que las deliberaciones tuvieran validez.
Szydlo manifestó que no acatará la sentencia porque no se había tomado siguiendo la nueva normativa –la que ayer fue declarada inconstitucional– y que no piensa publicar el veredicto en el Boletín Oficial del Estado.
En noviembre, nada más ganar las elecciones, el líder nacionalista Jaroslaw Kaczynski, jefe del partido Ley y Justicia, proclamó que el Constitucional era un estorbo y un instrumento de la opo- sición para bloquear las reformas que exigía el país. Aprovechó entonces su aplastante mayoría parlamentaria para aprobar un nuevo estatuto legal que le permitía cambiar a los magistrados y reducía el tribunal a la inoperancia.
La ley fue inmediatamente recurrida por el Tribunal Supremo, el Consejo del Poder Judicial, el Defensor del Pueblo, la Fiscalía General y los diputados de la oposición. Hubo grandes manifestaciones contra la ambición autori- taria del Gobierno nacionalista, protestas que siguen celebrándose cada dos semanas en muchas ciudades polacas. La propaganda oficial tilda a los manifestantes de “polacos de la peor calaña”, “ladrones”, “agentes comunistas” y “Gestapo”.
Tanto la Unión Europea como Estados Unidos han exhortado a las autoridades polacas a desistir de sus ataques a la independencia del poder judicial y los principios del Estado de derecho.
La Comisión Europea está revisando las nuevas leyes polacas sobre el poder judicial y los medios de comunicación para deter-
El Ejecutivo ultraconservador se niega a aceptar la independencia del Alto Tribunal
minar si violan las normas democráticas de la UE. El resultado de esta investigación se espera para el viernes y es probable que la Comisión presione a Varsovia para que las anule.
La Constitución polaca define las sentencias del Tribunal Constitucional como firmes e inapelables y nadie, ni el Gobierno, puede ponerlas en duda o ignorarlas.
Sin embargo, el Ejecutivo ultraconservador no sólo no acatará la sentencia emitida ayer por el Constitucional, sino que también rechazará el informe de la Comisión y descartará como “absurdas” las pretensiones de la UE de imponer nada a Polonia.