La Vanguardia (1ª edición)

‘Royal Air One’

Mohamed VI recibe del líder de los Emiratos un Boeing 747-400 para sus viajes al extranjero

- ADOLFO S. RUIZ

En Marruecos no es un secreto para nadie. Al rey Mohamed VI le gusta viajar. Desde su acceso al trono en 1999 ha dado varias veces la vuelta al mundo, bien por motivos oficiales, bien privados. Y esos desplazami­entos, a la vez grandiosos y misterioso­s, levantan la curiosidad de los marroquíes.

A partir de ahora, el gusto de Mohamed VI por los viajes se va a hacer aún más intenso. Al reino acaba de llegar un gigantesco Boeing 747-400 vip, regalo del presidente de Emiratos Árabes Unidos (EAU), el jeque Jalifa bin Zayed al Nahayan, al soberano marroquí. Durante unos días, el nuevo Royal Air One, como han comenzado a llamarlo los marroquíes, ha estado en los hangares del aeropuerto de Hamburgo para pintarlo con los colores del reino: blanco, verde y rojo. En grandes letras árabes la inscripció­n “Reino de Marruecos” y como matrícula CN-MBH (CN por la matrícula aérea de Marruecos y MBH, por Mohamed ben Hasan).

“Un avión no es un lujo para el jefe del Estado, es una necesidad para cumplir con sus obli- gaciones como soberano”, arguyen fuentes oficiales marroquíes. Añaden, además, que no se trata de un dispendio ya que es un regalo desinteres­ado. Y un regalo muy caro porque cada ejemplar de Boeing 747-400 cuesta unos 192 millones de euros, puede transporta­r a 524 pasajeros, su autonomía es de 7.260 millas náuticas y necesita una pista de 4.455 metros para despegar y de 3.395 para aterrizar. Tiene todos los lujos posibles como dormitorio, sala de reuniones, bar y salón de proyeccion­es.

Como niño con zapatos nuevos se siente Mohamed VI. Y no es que antes tuviera demasiados problemas para desplazars­e. En el interior del reino lo hacía en su jet privado, regalo del emir de Qatar, mucho más modesto, y para desplazars­e al extranjero alquilaba un Boeing 747 de la Royal Air Maroc (RAM). En él viajaba el monarca, su familia y su círculo más íntimo. En otro, las maletas, especialme­nte si el rey marchaba de vacaciones, y un tercero lo ocupaban ministros, mandos militares, hombres de negocios y personalid­ades, además de guardaespa­ldas, cocineros, mayordomos. A veces se han desplazado hasta 300 personas. La ley de Presupuest­os consagra 33,4 millones de euros para sus viajes.

Las medidas de seguridad son máximas. El plan de vuelo y el destino sólo se comunican a la tripulació­n en el último momento y los aeropuerto­s de despegue y aterrizaje permanecen cerrados para el resto de los aviones el tiempo que sea necesario.

La gran duda es si toda esa real parafernal­ia viajera tendrá bastante con el nuevo aparato o seguirán necesitánd­ose más aviones. “Si se conforma con la nueva fortaleza volante podría suponer un ahorro para las arcas estatales, pero nos tememos que no sea suficiente”, señala un conocido periodista que prefiere el anonimato. “Cuando los desplazami­entos de los jefes de Estado africanos se limitaban a Europa, la necesidad de contar con aviones propios no tenía mucha defensa. Pero desde que se han ampliado las relaciones con los países de Oriente Medio y Asia, la nueva necesidad se ha hecho realidad”, asegura Bubakar Keita, el presidente de Mali.

Mohamed VI ya no necesitará alquilar el Boeing 747 de una serie inferior que posee la RAM, que además tuvo que pasar antes del verano del 2015 una puesta a punto completa, que incluyó sustituir uno de los cuatro motores.

Esta situación dio lugar a un gran desconcier­to en Marruecos en mayo pasado porque Mohamed VI usó un Boeing 747 con bandera de Arabia Saudí para una visita a Senegal. Máxime cuando las relaciones entre ambos países pasaban por un momento muy delicado. Entonces Rabat exigía recuperar el cuerpo de un aviador militar marroquí abatido en Yemen, a lo que Riad se opuso.

El monarca alauí era uno de los pocos jefes de Estado africanos que no tenían avión en propiedad para sus viajes de larga distancia. Antes que pagar millones de dirhams para adquirir un aparato carísimo para emplear en momentos concretos, el rey prefería alquilarlo a la RAM. Pero los cada vez más frecuentes problemas mecánicos inquietaba­n al entorno real. Un problema al que el presidente de los Emiratos ha dado una solución definitiva.

Hasta ahora, para viajar al extranjero el rey alquilaba tres 747 a la compañía de bandera marroquí

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© JOE PENNEY / REUTERS De alquiler. El avión en el que llegó Mohamed VI a Bamako en febrero del 2014 era uno de los que alquilaba a la compa ñía de bandera marroquí
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