Pintadas y turistas borrachos dentro del recinto por la noche
El Park Güell amaneció el domingo pasado con un grafiti pintado en el banco que corona la escalinata principal. No es la primera vez que pasa. Fuentes de la empresa municipal BSM, que se encarga de la gestión del parque, indican que en los últimos dos años se han producido actos similares, pero los califican de “episodios residuales” y los enmarcan en los actos vandálicos y de incivismo que sufren ocasionalmente los parques y jardines de la ciudad. “Todo sea una pintada”, dice Gabriel Picart, vecino de la calle Olot, frente a la puerta principal del parque. Califica de “habitual” que algunas personas salten las vallas que impiden el acceso por la noche y se cuelen, especialmente durante los meses de verano. Pasaba antes de convertir una parte del recinto en zona de pago hace más de dos años y continúa sucediendo ahora. “Vienen turistas a las dos de la madru- gada, borrachos, y hacen lo que quieren con total impunidad”, lamenta Picart, que también apunta como foco de incivismo en el barrio a un centro de acogida de menores que hay en la calle Larrard, a 50 metros de la entrada del parque. Para Picart, la falta de vigilancia tanto dentro como alrededor del Park Güell es un problema del que los vecinos han alertado de manera reiterada durante años. Fuentes del Ayuntamiento de Barcelona defienden que en el parque hay un equipo de vigilancia las 24 horas del día, tanto por la mañana como por la noche. La extinta asociación de vecinos del barrio de la Salut y la asociación de amigos del Park Güell pidieron sin éxito que se reforzara la seguridad durante el horario nocturno en el interior del parque pero también en su entorno debido a la gran cantidad de entradas que tiene desde distintos barrios colindantes.