La periodista de casa en casa
Susanna Griso deja el plató y convive en domicilios de gente famosa en ‘Dos días y una noche’, de Antena 3
Susanna Griso tiene pedigrí personal y profesional. De estirpe familiar del textil y del cava. De casta y de raza, periodista. Licenciada en Periodismo por la UAB, ha hecho de todo en la radio y en la televisión. Tras sus inicios en Ràdio Sant Cugat y Catalunya Ràdio, debutó en TV3 con Gemma Nierga y Fina Brunet. Un tridente de señoras entrevistando a un hombre solo ante el peligro. Presentó los informativos de TV3 y TVE Catalunya y cubrió para toda España el sepelio de lady Di y la boda de la infanta Cristina con Iñaki Urdangarín.
Su paso a la televisión privada fue en Antena 3. Allí ha trabajado en los informativos junto a Matías Prats, Ernesto Sáenz de Buruaga y Roberto Arce. También presentó el programa Espejo público y otros especiales sobre la Reina y El tiempo entre costuras. Rostro emblemático de Antena 3, está ahora al frente de Dos días y una noche. Consiste en instalarse en casa de personajes famosos para convivir con ellos, conocerles de cerca y entrevistarles con tiempo y a fondo. Como se hacía desde los tiempos escritos y radiados de Josep Pla. La diferencia está entre el lápiz y el papel, las cámaras de televisión, el tiempo y el presupuesto.
Por ahora, ya ha pernoctado en los domicilios de Sergio Dalma, Cristina Cifuentes, Raphael, Estopa y Marta Sánchez y la previsión es de que lo haga en muchos más. Cuando Susanna llama al timbre, hay en su tarjeta de visita los premios Ondas, Micrófono de Oro y Antena de Oro. El triplete del recono- cimiento profesional. Con parte de su vida en el puente aéreo, le gustan la política y la economía. Y cuando habla y opina sabe lo que se dice. Con imagen de mujer bien formada y altamente preparada, Griso siempre ha sido una entrevistadora más que eficaz. Domina la voz, la gestualidad, los tiempos, las miradas a cámara y a los ojos de los entrevistados tiene aplomo, inspira confianza… Y va muy bien documentada, trabajo previo siempre invisible en la pantalla, aunque a veces no se practica porque no se ve en la pantalla.
Se percibe que le gusta todo del periodismo, y que vive de él y para él. Cuando habla sobre su profesión, sus palabras silban como balas. “Corren tiempos que son fatales para el periodismo”. Le sorprende que la juventud crea menos en el papel que en internet, donde no hay cosa más incierta que sus fuentes y su veracidad. Defensora del papel desde el plasma, le extraña que los jóvenes consuman más información que nunca a través de las redes sociales, “pero la quieren gratis”. Su munición verbal apunta a los políticos. “A los políticos y a los periodistas nos falta pisar la calle”. Partidaria de más diálogo, en el caso entre Catalunya y España “el diálogo es de besugos, tanto por parte de los periodistas como de los políticos”. Buena colega de sus colegas estelares, aunque fuesen de la competencia, cuenta que en sus encuentros eran todas muy señoras y hablaban de lo divino y de lo humano. Queda por ver qué pasará, qué misterios habrá la noche que se instale en casa de alguna de ellas.