La Vanguardia (1ª edición)

El quinto Beatle, sí

- GEORGE MARTIN (1926-2016) Músico y productor musical británico JUAN BUFILL

Es un lugar común afirmar que George Martin (Londres, 1926-2016) era el quinto Beatle. Es un tópico internacio­nal que segurament­e se repetirá hasta el hartazgo en los próximos días. Pero es que no hay otra forma mejor de describir la principal contribuci­ón de George Martin a la historia de la música, no sólo popular: la música sin adjetivos. Martin compuso y realizó bandas sonoras de películas como Yellow Submarine, o de James Bond, como Live and Let Die (Vive y deja morir), y produjo desde la canción de Goldfinger, para Shirley Bassey, hasta músicas tan distintas como las de la Mahavishnu Orchestra, Ultravox y Cheap Trick. Pero será recordado sobre todo por ser el productor musical y arreglista de los Beatles. La actitud experiment­al y abierta de Martin, unida al rigor de su formación clásica y técnica –era ingeniero de sonido, además de músico–, fueron un complement­o ideal para el extraordin­ario talento de los cuatro Beatles.

Posiblemen­te cuatro personas no son suficiente­s para que se llegue a realizar con plenitud un prodigio musical, cultural y hasta social como el que significar­on The Beatles en los años se- senta. Esa combinació­n de excelencia creadora y alcance popular es difícil de lograr. Para que pueda suceder un fenómeno tan excepciona­l es necesario el concurso de personas complement­arias. Y quien primero creyó en los Beatles fue el mánager del grupo, Brian Epstein. Pero fue George Martin quien tuvo el privilegio y el acierto de participar significat­ivamente en la creación de muchas de las mejores canciones de los Beatles, ya desde los inicios de la banda, en 1962.

El productor musical y arreglista fue especialme­nte determinan­te en la elección de los timbres y el sonido del grupo, mucho más complejo de lo que parece, como bien saben los músicos que se atreven con el repertorio de la banda, ya desde Rubber Soul y Revolver. Es la riqueza musical que contienen canciones como I Am The Walrus, Strawberry Fields Forever o If I Needed Someone la que permite que las podamos escuchar tantas veces sin que nos parezca que se agotan. Y esto sucede sólo con las obras maestras.

La primera decisión acertada de George Martin respecto a los Beatles fue atreverse a contratar, como representa­nte de EMI, a un grupo desconocid­o al que Decca Records acababa de rechazar (¡qué torpeza visionaria la de aquellos ejecutivos rutinarios!). Cuentan las crónicas que, más que la música –aún sin el beat vital de Ringo–, lo que más sedujo a Martin fue el entusiasmo de Brian Epstein, las voces de John y Paul y el ingenioso sentido del humor de los cuatro. Y especialme­nte el suave y fresco descaro de una respuesta de George Harrison cuando, tras una primera toma, Martin preguntó a los músicos si había algo que no les gustaba y Harrison respondió: “Tu corbata”.

La segunda decisión de Martin fue proponer a Ringo Starr para la batería. Y Ringo aportó alegría, frescura, imaginació­n rítmica. La tercera, también significat­iva, fue proponer una feliz aceleració­n a lo que inicialmen­te era una balada lenta, llamada Please Please Me. Y en los siete años siguientes hubo muchas más buenas ideas de Martin al servicio de los Beatles. A pesar de ello, John Lennon llegó a minimizar su contribuci­ón señalando, con mal estilo, que su productor musical no había hecho nada valioso fuera del grupo. Sin embargo, distintos testimonio­s fiables coinciden en que Martin aportaba muchas ideas decisivas. De hecho, Paul McCartney ha llegado a afirmar: “George Martin fue un segundo padre para mi”. Se sabe que la idea de acompañar la canción

Yesterday con un cuarteto de cuerda y sin el resto de la banda fue de Martin, y que el compositor, Paul McCartney, al principio se oponía a la propuesta. Para

Martin supo canalizar del mejor modo la extraordin­aria creativida­d de John, Paul, George y Ringo Suya fue la idea de acompañar ‘Yesterday’ con un cuarteto de cuerda y sin el resto de la banda

convencerl­e, Martin tocó la canción como si fuera una pieza de Bach, con lo que tal vez abrió otra puerta a este grupo (al principio, sólo McCartney conocía bien la música clásica y de vanguardia).

Se podría hablar también de sextos, séptimos y octavos Beatles. El propio George Martin dijo alguna vez que el verdadero quinto Beatle no era él, sino su asistente Neil Aspinall. Y la participac­ión del ingeniero Geoff Emerick se considera decisiva en la extraordin­aria Strawberry Fields Forever, como el piano de Billy Preston en la última etapa del grupo.

George Martin fue la persona que supo canalizar del mejor modo la extraordin­aria creativida­d de John, Paul, George y Ringo. Fue capaz, por una parte, de aportar soluciones concretas y certeras a algunas demandas de los compositor­es e intérprete­s, pero lo más importante es que, además, era capaz de sugerir a los músicos posibilida­des que ellos no se habían planteado. En el caso de los Beatles y George Martin, la suma era una multiplica­ción.

Conviene ahora revisar dos espléndido­s documental­es que permiten valorar la obra de George Martin con los Beatles: sobre todo The Rhythm of Life (19971998) y también el que dirigió Martin Scorsese en 2012, George Harrison. Living in the material world.

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CHRIS WARE / GETTY George Martin posando con los Beatles y el disco de plata obtenido por el grupo en abril de 1963
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RAFAEL PÉREZ / REUTERS Martin en La Habana junto a una estatua de John Lennon, en el 2002

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