TENER DINERO ES UN PROBLEMA
Conócete a ti mismo y organiza tu viaje vital financiero
Una de las claves de la felicidad es poderte comparar con tus peers (colegas) y ver que estás a la altura. Por este motivo es más fácil ser feliz en África que en Manhattan. La banca privada ayuda mucho, pues segmenta sus clientes en este sentido: así, habrá los que aumentan su patrimonio cada año más o menos espectacularmente y aceptan más o menos riesgo y los que ya son ricos y solo quieren permanecerlo, sin riesgos. Por lo tanto, cada uno debe ser coherente con lo que solicita: estar en su estrato económico o asumir más riesgo. Y no debe quejarse después.
En mis 30 años de experiencia he conocido gente en todos los estados de riqueza (incluyendo Bill Gates y Amancio Ortega) y sólo se me ocurre un consejo: conócete a ti mismo (la aseveración que constaba en el oráculo del Templo de Delfos) y, con esta realidad, organiza tu viaje vital financiero y nunca pienses que la culpa es del otro: los que vendieron muy bien sus empresas en el 2007 tuvieron la mala suerte de invertir con el IBEX a 15.945, al que despidieron y pagaron un bonus de 2 millones de euros se olvidó de que él realmente sólo era un alto directivo y no un empresario quien era quien tomaba los riesgos realmente por lo que ahora está en casa con sensación de pobre y mutilado mental…
En los países latinos está mal visto pedir consejo por lo que tendemos a equivocarnos demasiado. Quizás la tradición católica del confesor no ha dado cabida al asesor (desde el psicólogo al de inversiones), pero los entornos más avanzados cuentan con ellos de tal manera que se equivocan mucho menos. Algunas ideas para saber elegirlo:
1 Que sepa más que tú. Esto implica que tenga experiencias diferentes pero, al mismo tiempo, tenga unos mismos criterios y actitudes vitales. Que no sea más de lo mismo pero, al mismo tiempo, que te aporte o complemente realmente.
2 Alinea intereses. A mí me gusta cada vez más pagar fijos y no tanto variables pues estos pueden llevarnos a intereses muy contrapuestos.
3 Entienda bien mi perfil de cliente (riesgo, capacidad inversora, situación personal, etc.) y no me quiera vender algo que yo no quiero aunque me gustará si me ofrece alternativas diferentes a medida que me va conociendo. En Closa, por ejemplo, a nuestros clientes de asesoría les ofrecemos coinvertir en un vehículo propio, Gordon, en estado de igualdad: ellos obtienen nuestros mismos rendimientos y se fidelizan un poco más.
4 Tranquilidad. En la inversión nunca te arrepentirás de lo que no has hecho sino de cuando te has equivocado. Las prisas son malas consejeras.
5 Todo por escrito y clarito. Así, otro tercero de confianza podrá chequear que todo es correcto y explicarte lo que no acabas de entender.
6 Un buen asesor proporciona curvas de experiencia y economías de escala. La mejor forma de chequearlo es hablar con otros clientes antiguos que lleven más de 15 años con esa institución. Así habrá pasado dos crisis económicas como mínimo y te podrá decir cómo aprovechó esas circunstancias, pues los chinos escriben la crisis con dos pictogramas: peligro, pero también oportunidad.
*Presidente de Closa Investment Bankers
En los países latinos está mal visto pedir consejo, por lo que tendemos a equivocarnos