Las medias tintas
LA política española ha pasado del rechazo de las medias tintas a buscar precisamente los grises del claroscuro. Todo eso en apenas cien días, en el espacio de tiempo que abarca desde la rueda de prensa de Pablo Iglesias tras su segunda entrevista con el Rey hasta la comparecencia pública del líder de Podemos en las últimas horas. Las medias tintas son toda una técnica del grabado, muy utilizada en el siglo XVIII, para resaltar las zonas intermedias de un lienzo entre las muy iluminadas y las que están en la sombra. En el lenguaje popular, se denomina medias tintas a las situaciones de indefinición o de ambigüedad. Tras las elecciones generales del 20-D, todo el mundo se manifestó de forma categórica, con rotundidad. Era el momento del todo o nada, del lo toma o lo deja, del blanco o negro. Tras la fallida investidura de Pedro Sánchez, empezaron de verdad las conversaciones, quedando fuera el PP, entre otras razones porque Mariano Rajoy siguió sin tomar la iniciativa, esperando el fracaso de los contactos del resto. Con la esperanza de una mejora de los resultados en unas nuevas elecciones el 26-J, por el temor de los votantes. Esta estrategia, de momento, parece favorecer el entendimiento entre PSOE, Podemos y Ciudadanos, aunque estará por ver si al final hay fumata blanca.
Ciertamente, queda un mes para alcanzar un acuerdo que permita evitar una nueva convocatoria electoral y el vértigo ante el abismo está haciendo que haya cambios de actitud, gestos insospechados y palabras sin adjetivos. Lo que eran líneas rojas ahora son rosas. ¿Iglesias vicepresidente? Iglesias renuncia sin haber tomado posesión. ¿Referéndum para Catalunya? A lo del referéndum ya le darán una vuelta Xavier Domènech y Miquel Iceta. Estamos en este momento de la política en que los discursos llevan sordina y los gestos carecen de espoleta. Y las fotos son en blanco y negro, o mejor, con medias tintas.