Cumbre en Washington para evitar un ataque terrorista con armas nucleares
“Es el peligro más inmediato y extremo para la seguridad global”, alerta Obama
“Un ataque terrorista con un dispositivo nuclear improvisado sembraría el caos político, económico, social, psicológico y ambiental en todo el mundo, no importa dónde se produzca tal ataque. La amenaza es global, el impacto de un ataque terrorista nuclear sería global y las solución, por lo tanto, debe también ser global”. Con esta estremecedora advertencia se expresaba el martes Laura Holgate, asesora principal del presidente Obama en asuntos relacionados con las armas de destrucción masiva y el terrorismo. Y lo hacía en la presentación a la prensa de la cuarta Cumbre de Seguridad que se va a celebrar hoy y mañana en Washington.
En la capital de Estados Unidos va a haber esta semana la máxima concentración del poder político mundial imaginable. Más de 50 jefes de Estado y de Gobierno se van a reunir para, entre otros asuntos, estudiar y establecer las medidas y precauciones necesarias para evitar que las organizaciones terroristas, y muy especialmente el autodenominado Estado Islámico, obtengan la bomba atómica u otras armas de destrucción masiva, que es lo que en estos momentos se considera la amenaza más pre- ocupante .
La Cumbre de Seguridad Nuclear es una iniciativa del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, que arrancó en el inicio de su mandato cuando en el 2009 pronunció aquel histórico discurso en Praga preconizando “un mundo sin armas nucleares”. El desarme nuclear ha formado parte del proyecto político de Obama y desde entonces los esfuerzos de su Administración han logrado frenar la proliferación y reducir considerablemente el arsenal y el material necesario para fabricar bombas que circulaba descontroladamente por el planeta, pero todavía quedan 2.000 toneladas de armas y materiales utilizables, uranio y plutonio altamente enriquecidos, y lo que ha cambiado el escenario ha sido la irrupción del Estado Islámico.
“Sabemos que los terroristas tienen la intención y la capacidad de convertir estas materias primas en un dispositivo nuclear si pudieran tener acceso a ellos”, señaló Holgate. El propio presidente Obama también se refiere a ello en la presentación de la cumbre: “Debemos asegurarnos de que los terroristas nunca adquieran un arma nuclear. Esta es la amenaza más inmediata y
La capital de EE.UU. acoge la mayor concentración de poder político pese al plantón de Putin
extrema para la seguridad global”.
Esta es la última cumbre que se celebra con este formato. De ella van a surgir cinco planes de acción en diversos ámbitos que serán asumidos por las organizaciones internacionales que se encargarán de llevarlos a cabo y de supervisarlos. Recogerán el testigo de la cumbre de las Naciones Unidas, la Agencia Internacional de la Energía Atómica, la Interpol y la Iniciativa Global para Combatir el Terrorismo Nuclear.
Aunque la amenaza terrorista centrará los trabajos, la cumbre también abordará la amenaza nuclear de Corea del Norte, establecerá compromisos contra la proliferación de armas nucleares, por la reducción del uso del uranio enriquecido y contra el contrabando de material radiactivo.
El éxito de la convocatoria de Obama no es total. Potencias nucleares como Rusia y Pakistán han optado por no asistir. Aunque Rusia participó en las anteriores convocatorias, el Gobierno de Moscú se resiste a aceptar el liderazgo de Estados Unidos, que a su juicio interfiere en las actividades de las organizaciones internacionales multilaterales. “Es inaceptable que un grupo limitado de países imponga sus opiniones en las estructuras internacionales”, declaró Maria Zajárova, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso.