La Vanguardia (1ª edición)

Bruselas reprocha a Ankara su intento de censura en la televisión alemana

- DANI ROVIROSA Bruselas. Servicio especial

Ayer tocó palo para Turquía. La Comisión Europea criticó que Ankara llamara a consultas la semana pasada al embajador alemán para exigirle que se prohibiera la reproducci­ón de un vídeo satírico en la cadena pública ARD que se mofaba del presidente Recep Tayyip Erdogan.

El presidente “Juncker no aprecia este movimiento”, dijo la portavoz del Ejecutivo comunitari­o. “Esto aleja a Turquía de la UE, más que acercarla hacia nosotros”, porque “no está en línea con la libertad de prensa y la libertad de expresión, que son valores que la UE aprecia mucho”, concluyó.

El reproche va en la línea de lo expresado en varias ocasiones por la Comisión Europea cuando Erdogan ha tomado alguna medi- da que limita la libertad de prensa, aunque la UE no actúa siempre con la misma coherencia.

Una de las críticas más sonadas al acuerdo con Turquía para frenar la llegada de refugiados es que la declaració­n final no menciona que el Gobierno de Ankara ha intervenid­o el diario Zamam –el de mayor tirada y el más crítico–, así como el canal de televisión imcTV.

Incapaces de resolver por su cuenta la crisis de los refugiados, los países europeos –y Berlín en particular– se han puesto en manos de Turquía. Esta dependenci­a acalló muchas voces pero no ha impedido la crítica de ayer.

Entre los países más críticos con Turquía están Francia, Bélgica y Luxemburgo, que elevaron sus quejas directamen­te al primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, cuando estuvo en Bruselas.

“La prensa ha de ser libre en todas partes, también en Turquía”, dijo el presidente francés, François Hollande. Su colega luxemburgu­és, Xavier Bettel, declaró que “no puede ser que sólo por la crisis migratoria tiremos por la ventana nuestros valores, como la libertad de prensa”. Turquía se compromete a aceptar que la UE devuelva a su territorio los refugiados que hayan llegado a Grecia a partir del 20 de marzo. El precio son 6.000 millones de euros, que Ankara destinará a mejorar la vida de estos desplazado­s.

Ankara también quería acelerar las negociacio­nes de ingreso. Chipre, sin embargo, ha vetado que se abran los capítulos más importante­s hasta que Ankara lo reconozca como país.

La Unión Europea, además, condiciona la liberación de visados –otra aspiración turca– a la resolución de la crisis migratoria y al trato que reciban los refugiados en Turquía.

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