Un enemigo imprevisible
Hod es el sargento de la unidad mixta Kara Kal, junto a la frontera egipcia, desde donde vigila la evolución de los yihadistas del Estado Islámico (EI) que plantan cara a Egipto. Pronto cumplirá los 21 años y lleva casi tres aquí de servicio. “Cuando llegué, aún no existía el EI, aunque sabíamos que había unidades de Al Qaeda compuestas por beduinos del Sinaí que luchaban contra el ejército egipcio. Hoy, casi todas juraron fideli- dad al califato”, explica. Mientras hablamos, se oye una explosión que parece suceder cerca de nosotros. A lo lejos, a varios kilómetros, vemos una nube de arena provocada por la explosión de un proyectil egipcio. Al parecer, se trata de un contraataque para recuperar puestos militares fronterizos. “A veces, podemos ver los combates con nuestros propios ojos en el Sinaí. Pero más a menudo oyemos explosiones y bombardeos y entendemos lo cerca que están de nosotros. Mis soldados entienden que debemos aprender a reaccionar con gran rapidez. Si no, puede ser muy peligroso”, matiza el sargento. Acompañamos a Hod en su Jeep que patrulla la frontera, y le preguntamos si no tiene miedo de convertirse en una víctima de los islamistas, tal como reflejan estos en los vídeos de propaganda que difunden como parte de su estrategia psicológica. “La verdad es que no creo que, bajo ningún concepto, puedas prepararte para que alguien venga y te degüelle con un cuchillo. Aquí se hablaba desde hace tiempo de crear una frontera de paz. Ahora es la frontera que me parece más aterradora, ya que el enemigo es imprevisible”, dice sobre las técnicas de combate de los islamistas. La frontera norte con Líbano, territorio de Hizbulah, es hoy más tranquila.