Poca movilización en las ampas
Apenas una cuarentena de padres y madres asistieron ayer al inicio de la asamblea convocada por la red de Xarxa d’Escoles Insubmises (XEI) en la Escola Patronat Domènech de Gràcia para informar sobre el boicot a los exámenes de la Lomce. Este es un movimiento amparado por la Federación de asociaciones de padres y madres de Catalunya (Fapac) que reúne a unas 2.200 ampas repartidas en más de 750 municipios. La XEI quiere boicotear la ley que pretende, según sostienen, “clasificar escuelas, hacerlas competir entre ellas por el alumnado y por los recursos de la administración y mercantilizar, en definitiva, la educación”. Este movimiento se ve con recelo desde las autoridades educativas que insisten que las pruebas de tercero son las propias y no las que corresponden a la Lomce. El curso pasado unas 1.035 familias catalanas decidieron no llevar a sus hijos a la escuela el día de las pruebas externas de tercero de primaria en protesta por la implantación de la Lomce. Algunos medios educativos se muestran sorprendidos por estas iniciativas asamblearias: “¿Acaso las familias cuestionan el calendario de vacunas que determina la Conselleria de Salut?”, se preguntan, y sugieren conceder más confianza y respeto por los responsables públicos. den ahora. Según la ley, la prueba final de bachillerato debe estar complementada con una evaluación de carácter más específico convocada por las universidades. Ante la coyuntura política del Parlamento español y la perspectiva de que la Lomce no supere una nueva legislatura, los rectores solicitaron hace dos semanas al Gobierno en funciones aplazar un año la implementación de estas nuevas pruebas de acceso.
El actual ministro de Educación en funciones, Íñigo Méndez de Vigo, respondió que la ley Wert sigue vigente mientras el Congreso no se diga lo contrario y que los rectores harían bien en poner manos a la obra. Y eso hicieron. Ayer, el ministro y el presidente de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE), Segundo Píriz, aprobaron la creación de una comisión mixta para definir los
El cambio de las pruebas de acceso a la universidad podría ser una de las herencias de esta reforma
nuevos procedimientos de admisión a las enseñanzas superiores, contenidos, reglamentación y fechas. Los sindicatos estudiantiles no han criticado que las universidades aceptaran la reválida de bachillerato y avalaran las reformas del PP.
Catalunya, de nuevo, será una excepción. Los alumnos catalanes no harán la nueva prueba de acceso que elaboren los rectores y el ministerio, si llega a ponerse algún texto negro sobre blanco. El Consell Interuniversitari de Catalunya, el órgano de coordinación del sistema universitario catalán, ya mostró su rechazo a la nueva ley y anunció que las PAU seguirán vigentes en el 2017. Ensenyament, sin embargo, matiza que se está trabajando con los centros universitarios para definir un nuevo modelo de acceso a la universidad desde el bachillerato.