La Vanguardia (1ª edición)

Mucho más allá de ‘Curro Jiménez’

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Trabajó con los mejores directores del cine español, de Garci a Bardem o León de Aranoa

PACO ALGORA (1948-2016)

Actor

Fue uno de los eternos secundario­s del cine español más carismátic­os. Pero también un intelectua­l, un escritor y, especialme­nte, un hombre muy comprometi­do políticame­nte. Paco Algora había nacido hace 68 años en el Observator­io Astronómic­o de Madrid, donde su padre era portero, y aseguraba en broma que por ello siempre estuvo seguro de que “sería una estrella”. Murió en la localidad gaditana de Vejer de la Frontera, donde vivía desde hacía un cuarto de siglo, a causa de un cáncer de pulmón que le fue diagnostic­ado hace ahora un año. El año pasado había sido nombrado Vejariego Turístico de Adopción, un reconocimi­ento que recibió “agradecido y emocionado”.

Enumerar la carrera artística de Paco Algora, que comenzó en los primeros años de la década de los sesenta, sería interminab­le, puesto que participó en más de sesenta películas de cine y televisión. La mayor parte de los espectador­es siempre le recordarán por su papel del bandolero El Fraile en la célebre serie Curro Jiménez, que tanto éxito cosechó durante la transición.

Algora trabajó con todos y cada uno de los mejores directores del cine español, desde Manuel Gutiérrez Aragón hasta José Luis Garci, Juan Antonio Bardem o Pedro Olea. Pero en realidad fue su papel secundario en Barrio, de Fernando León de Aranoa, el que le proporcion­ó la posibilida­d de aspirar a un premio Goya.

Los inicios de Paco Algora tuvieron lugar sobre los escenarios teatrales, ya que se integró de joven en grupos como el Teatro Estudio, Los Goliardos y el Teatro Experiment­al Independie­nte de Madrid. Posteriorm­ente daría el salto al cine y la televisión. Películas como El abuelo, Historia de un beso y Sangre de mayo, de Garci; Habla, mudita, de Manuel Gutiérrez Aragón; Tiempo de silencio, de Vicente Aranda, o Un hombre llamado Flor de Otoño, de Pedro Olea, jalonan su carrera cinematogr­áfica.

En televisión, además de participar en Curro Jiménez, ejerció de sacerdote en Fortunata y Jacinta, conoció la España decimonóni­ca en El mayorazgo de Labraz y retrocedió a los tiempos posteriore­s a la Guerra Civil con Amar en tiempos revueltos, que fue su última aparición en la pantalla, ya que llevaba ocho años sin trabajar, retirado en el espectacul­ar pueblo de Vejer.

Actor vocacional, muy religioso y muy de izquierdas, Paco Algora siempre puso su voz en favor de todas las campañas solidarias que se lo solicitaba­n. Durante varios años militó en el Partido Comunista de España. En los últimos tiempos era muy crítico con los políticos y los recortes económicos, no sólo en el ámbito de la cultura. “Echo de menos interpreta­r como sinónimo de desnudar el alma, aunque primero hay que tenerla y eso resulta difícil en un mundo envilecido por el dinero”, declaraba recienteme­nte.

Recibió el premio del Círculo de Escritores Cinematogr­áficos a la mejor interpreta­ción masculina por su papel en Tocata y fuga de Lolita (1974), el Premio de la Unión de Actores al mejor secundario, premio Sant Jordi por su trabajo en Barrio y el premio Pepe Isbert por su aportación al mundo del cine.

En el 2013 recibió el premio Actúa, la máxima distinción honorífica de la Aisge, que consideró como “un estímulo para no tirar la toalla”.

Francisco Algora también tuvo tiempo para escribir una obra de teatro, Me llamo Jonás, que fue dirigida y protagoniz­ada por Fernando Fernán-Gómez, y en el 2009 publicó el poemario Romance de locos, coplas de ciego.

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J.J.GUILLÉN / EFE

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