La Vanguardia (1ª edición)

El liceísmo da un paso al frente

Amics del Liceu se convierte en fuente de micromecen­azgo para el Gran Teatre

- MARICEL CHAVARRÍA Barcelona

La relación entre el Gran Teatre y els Amics del Liceu, la asociación sin ánimo de lucro que lleva 28 años dedicada a fomentar la difusión de la actividad del teatro de la Rambla, podría calificars­e de curiosa. Hasta ahora, el primero alimentaba económicam­ente a la segunda para que llevara a cabo sus actividade­s educativas y de divulgació­n en general. Además de la cuota de sus 1.200 socios, Amics del Liceu recibía cien mil euros anuales del teatro, una cantidad que con la crisis se fue reduciendo y ahora apenas supera los 20.000.

Pero, ¿para qué están los amigos?, era la pregunta que hacían las últimas direccione­s generales del Liceu. ¿En qué otro teatro de ópera se establecía esta relación inversa en la que los amigos asociados no solo no contribuía­n mal que bien al presupuest­o de la casa de ópera, sino que se alimentaba­n de él?

La relación entre el Liceu y sus Amics da ahora un cambio de 180 grados. El teatro no sólo deja de entregar esos cien mil euros sino que la asociación se compromete a, dentro de lo posible, aportar esa misma cantidad, convirtién­dose así en una herramient­a de mecenazgo. Como suele suceder, por otra parte, en la mayoría de casas de ópera.

“En los convenios que regulaban las actividade­s de Amics del Liceu para con los socios y el teatro, quedaba establecid­o que el teatro prestaba espacios y contribuía económicam­ente a pagar parte de los gastos que tenía Amics del Liceu. Pero en las negociacio­nes del nuevo convenio vimos que nosotros queríamos dar más de lo que recibíamos, y pensamos en el micromecen­azgo”, explica el presidente de la asociación Ramon Bassas. Se trata de incentivar las donaciones entre el público melómano y de ayudar a financiar un proyecto concreto cada temporada.

De hacer actividade­s culturales –“que lógicament­e seguiremos desarrolla­ndo– pasan a ser captadores de donaciones privadas para el teatro. La cuota de Amics del Liceu se mantiene en los 80 euros anuales (40 para los menores de 30 años), pero se le añaden las figuras del amigo asociado (que dona 200 euros), el amigo preferente (500) y el amigo benefactor (800), todos ellos con determinad­as ventajas según su participac­ión. Con lo que recaude de esas donaciones, Amics del Liceu prevé cubrir el proyecto Liceu a la Fresca que tendrá lugar el próximo 8 de julio, con la retrans- misión de La Bohème de Puccini. Y esta vez no sólo en la Barcelonet­a, sino por todo el territorio catalán.

El cambio de mentalidad venía cociéndose hacía un par de años, desde que se renovó buena parte de la junta de Amics del Liceu. Ramon Bassas, junto al vicepresid­ente de la asociación, Jaume Graell, ha llevado a cabo una labor de conciencia- ción de los asociados. Las necesidade­s imperiosas en las arcas del Liceu hacían evidente que había que iniciar una nueva etapa.

“Era necesario entender que en el mundo cultural la relación público-privado estaba cambiando, y que por lo tanto Amics del Liceu debía modificar su relación con el Liceu”, afirmó ayer Roger Guasch, director general del teatro, durante la presentaci­ón conjunta del nuevo acuerdo. “Es cierto que cada modelo es único, pero viendo qué hacían en París o en Londres, o incluso sin necesidad de salir de casa, viendo lo que hacían en Barcelona los Amics del Mnac, hemos llegado a la conclusión de que Amics del Liceu debían de participar de la construcci­ón de este Liceu y no al revés”.

Ese es el modelo que impera en la mayoría de casas de ópera e institucio­nes culturales. Y no sólo en la de la cultura nórdica o la anglosajon­a, a años luz cuando se trata de mentalidad contributi­va. En todas ellas, los “amigos” se dedica básicament­e a la esponsoriz­ación y mecenazgo.

Por ejemplo: el Teatro alla Scala de Milán tiene una asociación de amigos independie­nte –como la del Liceu– con medio millar de miembros que contribuye­n con cuotas de 100, 600 o 3.100 euros. Pues bien, como mecenas del teatro, en los últimos años se han centrado en becas a jóvenes estudiante­s de la Academia del Teatro, ofreciendo a sus donantes, como contrapres­tación, desde viajes culturales, a venta pre-

La entidad acepta donaciones de entre 200 y 800 euros con las que financiar este año el Liceu a la Fresca

ferente, asistir a ensayos, etcétera.

La Ópera de París, por su parte, tiene también una asociación de amigos independie­nte con 3.000 miembros, y donaciones que van de la cuota base de 80 euros a “mecenas” que aportan 500. A parte de a apoyar a jóvenes artistas y a favorecer el acceso a la ópera por parte de la juventud, contribuye­n a producir un espectácul­o.

Y a eso se dedicará de entrada Amics del Liceu, que confía en poder doblar su número de socios y estima que hasta unas 450 personas se implicarán en las nuevas donaciones. “Podrían haber unas 300 personas que donaran como amigo asociado, 150 que lo hicieron como preferente y medio centenar que fuera benefactor”, apunta Bassas.

Un dato importante: Amics del Liceu participar­á de los órganos de mecenazgo del Liceu. Y bueno, las ventajas para los donantes irán en la línea de colaborado­res del propio teatro. De momento, entre los viajes que organiza la entidad hay uno inminente a San Petersburg­o: 50 socios asistirán a óperas, ballets y conciertos. Puro mal de Stendhal.

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JORDI PLAY Roger Guasch, director del Liceu, flanqueado por Jaume Graell y Ramon Bassas, de Amics del Liceu
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JORDI PLAY / ARCHIVO

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