La Vanguardia (1ª edición)

Por qué me quiero ir a Marte (sin volver)

‘Mars Joan’ lleva al teatro la aventura emocional de los aspirantes del proyecto Mars One para colonizar Marte sin regreso

- JUSTO BARRANCO Barcelona

Mira la marciana”, llegó a escuchar por las calles de Calafell Núria Tapias procedente de vecinos que sabían que se había inscrito en un programa espacial para colonizar Marte... sin regreso. Un polémico programa real llamado Mars One al que se inscribier­on 200.000 personas de todo el mundo, gente en la que podía más el sueño de ir al espacio, de ver y aterrizar en el planeta rojo, que el detalle de que el viaje no incluyera billete de vuelta. Un proyecto internacio­nal privado encabezado por el holandés Bas Landorp que pretende comenzar a enviar astronauta­s-colonos a partir del 2026– aunque los críticos dicen que no es factible ni monetaria ni físicament­e instalar a gente en Marte de manera permanente–, que se financiarí­a incluso con un reality show sobre la preparació­n de los finalistas y que ha acabado inspirando una obra de teatro que hoy se estrena en el pequeño teatro Tantaranta­na: Mars Joan, de la joven compañía Dara, en cuya presentaci­ón estuvieron ayer Núria Tapias, que ya ha quedado fuera del proceso de selección, y Ángel Jané, que es uno de los cien finalistas del proyecto, entre los que se elegirán sólo 24. Una obra que reflexiona sobre por qué alguien querría irse tan lejos y no volver, sobre las reacciones de los demás, y que, por supuesto, habla también, más genéricame­nte, de cuando alguien tiene un sueño que no comparten los otros y quiere llevarlo a cabo.

“Somos gente normal con una vida normal, sólo que quizá tenemos un sueño diferente”, explica Núria Tapias, bióloga, en la rueda de prensa junto a los actores de la compañía. Y reconoce que cuando explicó que se apuntaba hubo gente que se lo tomó mejor que los otros. Su madre le dijo que a saber dónde estarían ella y su padre de aquí a diez años, pero que mirara bien que fuera un proyecto serio. Y sus amigos la vieron tan ilusionada y como conocían su pasión por la astronomía, entendían por qué, que la apoyaron plenamente. En cambio algunas de las reacciones en la calle no fueron las mismas. La pasión por la astronomía une a Núria Tapias con Ángel Jané, que se dedicaba a las energías renovables, que tiene una hija pequeña y que dice que ha descubiert­o con sorpresa que Mars Joan refleja muy bien los conflictos y debates que tuvo con la gente que le rodea. Jané dice que cuando salió la noticia del proyecto Mars One “nadie se lo creía hasta ver luego que había premios Nobel implicados, y me apunté”. Sobre su hija de siete años, dice que cuando empiecen a enviarse los vuelos tripulados en diez años ya será mayor y para entonces básicament­e lo que le importa es haber sido capaz de darle unos valores “para que sea crítica y se lo cuestione todo en esta sociedad de consumismo”. Lo de volver o no, no le preocupa demasiado y cree que lo interesant­e en realidad son los múltiples debates de todo tipo que suscita construir una nueva colonia de humanos en otro planeta. Se siente un explorador, como hubo tantos, Colón, Magallanes, que abrieron camino –va a publicar en breve un libro sobre ellos y sobre toda la experienci­a que está viviendo–, y cree que en unas décadas viajar a Marte será de lo más normal. Y remacha que para los que piensan que es una locura, él cree que estar loco es hacer como tanta gente que tiene un trabajo que no le gusta, trabajar para sobrevivir ocho horas al día, para pagar al banco, cambiar de coche cada diez años. “Eso es estar loco”, sonríe, y no seguir el sueño de una vida.

Y hoy, tras entrevista­s y pruebas es uno de los 100 finalistas, que ahora desarrolla­rán pruebas en grupo para ver como interactua­rían en comunidad en Marte y selecciona­r a las 24 personas que viajarán para no volver. Su vida, lo que aprenden, cómo se preparan, se verá en un reality show en todo el mundo. Justamente la obra escrita y dirigida por Roc Esquius que se representa en el Tantaranta­na alterna cómo el entorno del protagonis­ta imaginario, Joan, recibe la noticia de que se quiere ir, con imágenes del reality en el que participa una vez selecciona­do. La obra, dicen, no juzga a nadie, no se trata de un inadaptado sino de un soñador que suscita rechazos pero también hace que algunos de su entorno se planteen también si de verdad están siguiendo sus propios sueños.

“A mí estar loco me parece trabajar cada día para pagar al banco y cambiar de coche cada 10 años”, dice Jané

 ?? CÉSAR RANGEL ?? Candidatos reales para Marte. Los catalanes Núria Tapias y Ángel Jané, que estuvieron ayer en la presentaci­ón de la obra, se inscribier­on en el programa Mars One; Jané es uno de los cien finalistas
CÉSAR RANGEL Candidatos reales para Marte. Los catalanes Núria Tapias y Ángel Jané, que estuvieron ayer en la presentaci­ón de la obra, se inscribier­on en el programa Mars One; Jané es uno de los cien finalistas

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