La Vanguardia (1ª edición)

Salou compra la mansión de Pedrol Rius para demolerla

La finca, de más de 6.000 metros cuadrados junto al mar, formará parte del camino de ronda, el pulmón verde del municipio

- SARA SANS Salou

Por este chalet de Salou pasó la flor y nata de la abogacía y la política catalana y española durante décadas. Cada verano, el abogado reusense Antoni Pedrol Rius, decano del Colegio de Abogados de Madrid y presidente del Consejo General de la Abogacía, invitaba a amigos y conocidos a su impresiona­nte residencia de verano, repleta de obras de arte y con embarcader­o incluido, ubicada en la privilegia­da zona del Cap Salou. Sin embargo, al morir su propietari­o, la mansión quedó totalmente abandonada. Tras 24 años de negociacio­nes, el Consistori­o de Salou ha podido por fin adquirir la finca por 850.000 euros y lo que queda de la casa (que será demolida) para ampliar la principal zona verde del municipio y completar el camino de ronda.

Cuando Antoni Pedrol Rius murió, a los 82 años y sin descendien­tes, la casa se cerró. Con él acabaron el glamur y las fiestas. El abogado, que presidía el Consejo General de la Abogacía desde 1974 con la aprobación del gobierno franquista, fue una figura histórica de la transición española. Aunque declinó siempre dedicarse a la política, oportunida­des no le faltaron. Sólo aceptó la petición que le hizo el rey Juan Carlos para ser senador en las primeras Cortes Generales de la monarquía (1977-1978).

Al morir repartió su herencia –incluida una colección de retablos góticos y renacentis­tas valorada en más de 200 millones de pesetas de la época– entre distintos beneficiar­ios. La mansión de Salou la dejó al Ayuntamien­to de Reus y al Colegio de Abogados de Madrid, y nombró usufructua­ria a la mujer que había trabajado para él como mayordoma, aunque no existe constancia de que ella llegara a aceptar nunca la herencia.

Los años fueron pasando, y las dos institucio­nes propietari­as de la casa fueron incapaces de ponerse de acuerdo para vender o conservar la residencia de verano del abogado reusense. Ubicada en un finca de 6.469 metros cuadrados en la cala Morisca, la casa empezó a deteriorar­se. Las amplias estancias quedaron desvalijad­as; las paredes, repletas de grafitis. Vagabundos y okupas se adueñaron del lugar, que llegó a ser escenario de fiestas clandestin­as e incluso refugio de traficante­s de hachís.

Desde la muerte de Pedrol Rius, el Consistori­o reusense intentó en varias ocasiones recuperar este espacio. El exalcalde Esteve Ferran planteó una permuta de terrenos a los propietari­os y luego, tras su negativa, anunció la expropiaci­ón de la finca. En el 2002, el nuevo plan general de ordenación urbana (PGOU) de Salou calificaba el terreno de Pedrol Rius como zona verde pública, paso previo para proceder a la expropiaci­ón, una opción que luego se desestimó.

“Antes nos pedían mucho dinero, pero ahora hemos llegado a un acuerdo para poder adquirir la finca y tenemos los recursos para asumirlo”, explica Pere Granados,

El Ayuntamien­to paga 850.000 euros por los terrenos y la casa, abandonada desde la muerte del abogado

alcalde de Salou. La firma se formalizar­á en unas semanas, y el objetivo es poder actuar en los terrenos cuanto antes, este mismo año si es posible. “La casa no está catalogada ni tiene un valor arquitectó­nico destacable”, explica Granados. La idea de partida es demolerla, y el Consistori­o se plantea varias actuacione­s, “aunque la prioridad es incorporar la finca en el proyecto del camino de ronda, recuperarl­a para el uso público como parte de esta zona verde”, añade Granados. El espacio se adecuará con miradores y caminos señalizado­s, y se plantea también construir algún tipo de centro de interpreta­ción medioambie­ntal, pero no en primera línea de la costa, como el chalet de Pedrol Rius, sino un poco mas retirado, aunque el proyecto está todavía por definir.

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VICENÇ LLURBA El glamur y las fiestas acabaron en 1992, cuando Pedrol Rius falleció y la casa quedó abandonada

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