Soplar y hacer botellas
Leía la novela El congreso de literatura y me encontré con esta frase: “Clonar seres vivos no es soplar y hacer botellas”. Enseguida busqué qué conexión podía tener el autor, el argentino César Aira, con el catalán, mientras dentro de mi cabeza La Trinca cantaba Coses de l’idioma.
Para quien no conozca la canción, cuenta las peripecias de un señor pequeño y avispado de Santa Coloma que va a Madrid y se hace un lío con las frases hechas. La fraseología acostumbra a ser comprensible sólo en el idioma propio y es la parte más difícil de traducir. Una vez en Madrid, el señor pequeño y avispado traduce literalmente expresiones catalanas que en castellano no tienen sentido alguno.
El hombre dice: hacer higo (fer figa, fallar), un sueñatortillas (somiatruites, iluso), hacer un pedo como una bellota (fer un pet com una gla, estallar), para alquilar sillas (per llogar-hi cadires, para alquilar balcones), sacar fuego por las muelas (treure foc pels queixals, echar humo) o esparcir la niebla (escampar la boira, que le dé a uno el aire). Y, claro, soplar y hacer botellas (bufar i fer ampolles).
Como no descubrí ninguna conexión lingüística de Aira con el catalán, a continuación pregunté a un académico argentino si conocía la expresión y me dijo que sí, que era de uso común en su país como sinónimo de una tarea fácil. Acto seguido pude constatar más referencias personales de Colombia, Uruguay, Chile, Venezuela, México y Costa Rica, país donde emplean la variante “soplar y hacer bombitas”. En la hemeroteca está documentada en publicaciones argentinas, hondureñas y colombianas.
A pesar de que la expresión catalana tanto se emplea en sentido positivo como negativo, en Hispanoamérica predomina el uso en negativo: “Esto no es soplar y hacer botellas”. Es decir, ser una cosa más difícil de hacer de lo que parece, como explica la argentina Susana Rodríguez-Vida en su Diccionario temático de frases hechas. Y no entraré aquí a evaluar si soplar y hacer botellas es un trabajo tan sencillo como nos quieren hacer creer.
En resumen, parece que el uso es general y està bastante vivo en toda la zona hispanohablante de América y, en cambio, en España sólo se usa en catalán; en el castellano peninsular es una expresión desconocida. No he podido averiguar nada más y por ello pido la ayuda de los lectores, por si alguien puede aportar algún dato más sobre esta curiosidad fraseológica.
Lo que está claro es que si el señor pequeño y avispado de Santa Coloma en lugar de ir a Madrid hubiera ido a cualquier ciudad hispanoamericana, al menos cuando hubiera dicho “soplar y hacer botellas”, sí le habrían entendido.
Si el señor de Santa Coloma hubiera ido a Bogotá, lo habrían entendido un poco más que en Madrid