La Vanguardia (1ª edición)

Mala calidad de los ríos a su paso por Vic i Manlleu

La sequía y el cierre de las plantas de purines hacen aumentar la contaminac­ión fluvial en la Plana de Vic

- TONI COROMINA Vic

Un informe sobre el estado de los cursos fluviales de la comarca de Osona, realizado por el Centre d’Estudis dels Rius Mediterran­is (CERM), indica que algunos tramos de los ríos Gurri, Mèder y Rimentol a su paso por el municipio de Vic muestran una calidad biológica mediocre o mala. En estos lugares, la concentrac­ión de nutrientes (amonio, nitratos, nitritos y fosfatos) ha aumentado considerab­lemente, sobre todo en zonas de mucha densidad humana y de gran actividad agraria.

Lo mismo ocurre con el Ter tras su paso por Manlleu. El aumento de nutrientes coincide con el cierre de las plantas de purines. Sin embargo, el informe señala que el conjunto de los ríos de Osona –entre ellos, el Ter antes de entrar en Manlleu– mantiene una calidad biológica aceptable.

Núria Sellarès, ingeniera del CERM, apunta que “el poco caudal y el largo periodo de sequía han favorecido la concentrac­ión de nutrientes, debido a la falta de dilución en el agua de los ríos. Otra causa probable de la situación es el exceso de abono vertido en los campos, que puede convertirs­e en un importante foco de contaminac­ión difusa de nutrientes (nitrógeno y fósforo) en los cursos fluviales”.

El estudio –que ha medido el caudal y ha determinad­o la calidad del hábitat fluvial y el bosque de ribera, así como la calidad fisicoquím­ica y biológica del agua– se ha hecho en 22 tramos fluviales de los municipios de Vic, Manlleu, Les Masies de Voltregà, Torelló, Taradell, Sant Quirze de Besora, Sant Pere de Torelló, Roda de Ter, Vilanova de Sau, Tavertet, Rupit y Santa Eulàlia de Riuprimer.

Marc Ordeix, que ha dirigido el trabajo, explica que “desde 1991, no se habían detectado valores tan elevados de compuestos de nitrógeno y fósforo en las entradas de Vic del Gurri y el Mèder”. “Los datos de los años 2014 y 2015 –agrega– parecen indicar que estos valores se deben a la gestión parcial o insuficien­te de los residuos ganaderos de la comarca. Eso ha llevado a considerar las aguas de los pozos de Osona prácticame­nte inutilizab­les para beber”.

Los tramos medios del Gurri y el Mèder se encuentran afectados básicament­e por la ocupación de sus orillas por campos de cultivo, que reducen el bosque de ribera a una única línea de árboles y vegetación acuática junto al agua.

En el caso de Vic, el estudio destaca que la baja calidad del hábitat del Mèder es más evidente en un tramo que está canalizado y con hormigón en la orilla, de manera que el río no puede comportars­e de manera natural. La vegetación de ribera es prácticame­nte inexistent­e y, cuando la hay, está alterada y modificada.

El informe del CERM destaca positivame­nte dos puntos del Gurri y el Mèder, en el municipio de Vic, donde el Ayuntamien­to está llevando a cabo precisamen­te actuacione­s de vigilancia y restauraci­ón ambiental. Desde el año 2008, cuando se iniciaron los trabajos de recuperaci­ón del bosque de ribera, su calidad ha pasado de ser muy mala a intermedia,

Los análisis de 116 fuentes de Osona indican que el 42% no son potables; la sequía lo facilita

mejorando progresiva­mente.

Por otro lado, el resultado de los análisis practicado­s en 116 fuentes de la comarca de Osona, por un laboratori­o de Torelló y a instancias del Grup de Defensa del Ter, han dado como resultado que el 42% no son potables. Es un valor inferior al del año 2014 y que se atribuye a la sequía, un hecho que comporta que algunas de las fuentes se hayan secado o que el nitrato haya quedado retenido en las primeras capas de los terrenos.

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LLIBERT TEIXIDÓ El río Mèder, en la salida de Vic, antes de desembocar en el Gurri

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