La Vanguardia (1ª edición)

Cuarenta años después

Comaneci recuerda su gloria de hace cuatro décadas en Montreal

- JUAN BAUTISTA MARTÍNEZ

Nadia Comaneci, 54 años, zapatos blancos de cuña alta, chaqueta entallada y un aire de modernidad, lanza un penalti. En la portería, el exatleta y presidente de la IAAF, Sebastian Coe. Berlín ha reunido a las leyendas por los premios Laureus, y la que fue princesa de los JJ.OO. de Montreal en 1976, va camino de las cuatro décadas, se muestra en forma. Le piden a la rumana que haga la vertical, y ahí que se pone boca abajo con las piernas bien arriba. La elasticida­d todavía le acompaña, aunque lo que ha cambiado y mucho es su personalid­ad. Dicen que cuando competía no sonreía casi nunca. Así lo demuestran las fotografía­s y las imágenes de la época. La disciplina comunista era espartana (“más que la de ahora, aunque sin disciplina no hay triunfos”, explica), y la seriedad hierática estaba a la orden del día. Hoy, al menos en público, no para de reírse a carcajadas. Conoce muy bien el mundo de la gimnasia, a la que siempre ha seguido vinculada. Edita una revista de este deporte junto a su marido, con el que comparte una academia para jóvenes gimnastas, y ha sido comentaris­ta en las tres últimas ediciones de los Juegos.

Pero siempre será recordada por lo que ocurrió el 18 de julio de 1976, cuando obtuvo, en medio de la estupefacc­ión del público, el primer 10 de la historia, la calificaci­ón perfecta. Se colgó tres oros en Montreal y nunca se los ha descolgado. “Claro que me acuerdo de aquellos días perfectame­nte, del entrenamie­nto previo, de la competició­n, de los triunfos. Aunque me olvidara, la gente siempre me lo recuerda, siempre me lo comenta, va conmigo a todas partes. Estoy muy feliz de celebrar estos 40 años”.

“¿Qué le dice el número 10? ¿Cómo lo definiría?”, le preguntan. “Es el número de mi vida. Es la definición de que tú has hecho algo a la perfección, de que has sido la mejor en una materia”.

Ella es otra, y la gimnasia, también, pero aún disfruta. “Me encanta ver las acrobacias de los campeones y campeonas de ahora, aunque hay un salto que yo hacía y que ya nadie hace, quizás porque es demasiado difícil de intentar”, relata. “La preparació­n ha cambiado, es mucho más moderna; el sistema de trabajo, también. Es normal. Ahora las mejores son las estadounid­enses (tres veces seguidas campeonas del mundo)”. Las ha seguido de cerca, puesto que se fugó a Estados Unidos porque el régimen de Ceausescu no la dejaba vivir en paz, aunque ya hace mucho tiempo que regresa con frecuencia a Rumanía. Aun así la influencia norteameri­cana es mayúscula, pues al fútbol le llama soccer para admitir que le gusta “el FC Barcelona”, aunque no es “una gran especialis­ta”. Y se ríe. Niña prodigio a los 14, madre primeriza a los 44 y atleta aún a los 54. Como si no hubieran pasado 40 años.

LA PRIMERA GIMNASTA PERFECTA “El 10 es el número de mi vida, es la definición de que has hecho algo a la perfección”

 ?? JOERG CARSTENSEN / EFE ?? El surfero Robby Naish y la exgimnasta Nadia Comaneci, miembros de la academia Laureus, ayer en Berlín
JOERG CARSTENSEN / EFE El surfero Robby Naish y la exgimnasta Nadia Comaneci, miembros de la academia Laureus, ayer en Berlín

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