El Barça baila sin red
Los blaugrana se juegan el liderato por primera vez en Riazor en pleno bache
El Barça busca hoy la salida del túnel ante el Deportivo
El Barça camina por el alambre. Los últimos resultados han dejado al equipo blaugrana al borde del abismo. Después de tres derrotas seguidas en la Liga –que además han coincidido en el tiempo con la eliminación de la Champions– se ha quedado sin red. Y con ese panorama, por primera vez desde el 7 de febrero, un Barcelona funambulista pone su liderato en juego en Riazor, tierra de acantilados. Hacía 11 jornadas que no sucedía, los de Luis Enrique se podían dedicar a administrar su ventaja. Pero tras la crisis ese colchón de puntos ha desaparecido y el equipo se ha quedado sin margen de error ante el Deportivo. Cualquier tropiezo en A Coruña, si no va acompañado de los fallos de los rivales, significaría ceder la cabeza de la clasificación, perder la iniciativa en el baile final y dejar de depender de sí mismo.
El Barça necesita ganar ya. Cuanto antes. De hoy no puede pasar. Si quiere seguir aspirando a la Liga debe frenar su caída libre. Lo sabe Luis Enrique, el vestuario y la afición. Pero también lo sabe el Deportivo, que ha empatado sus dos últimos partidos contra el Barça, ambos en el Camp Nou. Cada minuto que pase, la ansiedad será mayor. Aunque por primera vez en muchas jornadas y por última vez, el Barcelona jugará antes que el Atlético y el Madrid, sin la presión de conocer sus resultados.
“No me interesan lo que hagan ellos. Nuestra preocupación es ganar al Deportivo para ganar en confianza porque estamos en dificultades –admitió el técnico–. Pero me aferro a mis jugadores, a su calidad y a la fe que tengo de ganar los cinco partidos que quedan. Es algo que ya hemos hecho y no hace tanto. Si tuviera alguna duda de que podemos ganar el título no estaría aquí sentado”, afirmó Luis Enrique.
El asturiano tiene claro qué Barcelona quiere ver en el campo. Y puede resultar hasta sorprendente la elección. “Me gustaría que se pareciese al partido del Valencia. Sería una buena señal”, dijo, sacando cosas positivas de la última derrota sufrida. “El peor escenario para un equipo en nuestro momento es tener cinco oportunidades claras y no marcar, y que en la primera de tu rival te hagas un autogol como ocurrió contra el Valencia. Pero el camino es ver a un equipo que pierde 0-2 de forma injusta y que se cree capaz de cambiarlo”, valoró.
Hasta que llegue esa reacción, la tensión se palpa en can Barça. Y Luis Enrique parece que está en su salsa. “No sé si es por mi gen gijonés pero me va el ritmo y la adversidad. Soy así de gilipollas, que en vez de disfrutar de las victorias me va el baile”, reconoció sobre la gestión de las críticas por el bache. De hecho, pese a que le dieron la oportunidad, ni siquiera rectificó su despectivo gesto al periodista al que no respondió tras perder frente al Valencia. “No tengo que disculparme por nada. No le contesté mal porque no le contesté. Hay medios que sí que faltan al respeto a profesionales, a mí o a otros, y no pido que rectifiquen. Si no gusta mi estilo, me importa un bledo”, soltó.
El Barça se ha quedado sin red de seguridad y en defensa tampoco tendrá a Piqué, futbolista que se multiplicó en el campo contra el Valencia, tuvo la gran oportunidad para empate y dio la cara en la prensa. Sin Vermaelen y Mathieu, ambos lesionados, Marc Bartra, que sólo ha sido nueve veces titular en toda la temporada, es la solución de urgencia. “Siempre es difícil para un jugador que no tiene muchos minutos. Yo sólo puedo hablar maravillas de Bartra. Se ha preparado para este momento y es digno de elogio que nunca haya arrojado la toalla”, le elogió el entrenador, que no tiene dudas sobre el rendimiento del central, que no juega un minuto desde hace más de un mes, como suplente contra el Getafe. “Se merece esta oportunidad. Y a mí de da tranquilidad y confianza. Tiene que creer en sí mismo”, le recomendó.
No sólo Bartra, todo el Barça necesita reencontrarse para poder bailar el alirón y el doblete. “No me puedo dejar de imaginar si damos la vuelta a esto, el fiestón que nos vamos a correr”, apuntó Luis Enrique. Si no, lo que le espera es un ball
de bastons.
“Me va la adversidad; soy así de gilipollas, que en vez de disfrutar con las victorias, me va el baile” “No me puedo imaginar el fiestón que haremos si le damos la vuelta a esto”, vaticina el técnico