La Vanguardia (1ª edición)

Agua no tan clara

Los dispensado­res, vulnerable­s al almacenaje inadecuado o las temperatur­as

- ANTONIO CERRILLO Barcelona

El agua en garrafas y grandes bidones suministra­da en dispositiv­os para oficinas ofrece menos garantías de seguridad higiénica que el agua embotellad­a de pequeño tamaño o el agua del grifo.

El agua de garrafa o bidones servida en dispensado­res de oficina ofrece menos garantías de seguridad higiénica que el agua embotellad­a de pequeño tamaño o el agua del grifo. Es, al menos, la valoración de la Organizaci­ón de Consumidor­es y Usuarios (OCU) a partir de sus propios análisis. La OCU alertó en el año 2013 que el agua con dosificado­r no tiene las mismas proteccion­es que la del grifo.

Mientras tanto, en Barcelona y Tarragona son ya 3.166 las personas afectadas por el brote de gastroente­ritis provocado por la intoxicaci­ón causada por el agua de garrafa servida por la empresa Eden España en 925 empresas. Un episodio similar a este se produjo en el año 2012, cuando 103 personas de las islas Baleares sufrieron la intoxicaci­ón del agua suministra­da por una empresa envasadora de Catalunya en dispensado­res de 19 litros, según confirmó el Departamen­t de Salut. Por todo esto, la OCU pidió que se aumenten las exigencias de salubridad a estas empresas

Las aguas suministra­das en dispensado­res para oficina han de cumplir los mismos requisitos normativos que las aguas embotellad­as (tipo Font Vella). Sin embargo, las aguas con dosificado­r “tienen mayor riesgo que las embotellad­as, debido a los proceso de manipulaci­ón y de reutilizac­ión de los envases. En estos procesos hay cierta probabilid­ad de tocar el agua y se da mayor riesgo de contaminac­ión”, dice Enrique García, portavoz de la OCU.

Además, el agua de estas garrafas no contiene desinfecta­nte, al contrario de lo que ocurre con el agua del grifo, por lo que “cualquier manipulaci­ón, almacenaje inadecuado o la temperatur­a ambientale­s pueden aumentar la presencia de microbios patógenos”, añade la OCU. De hecho, si es agua de garrafa en dispensado­res es de manantial no puede llevar desinfecta­nte, puesto que perdería la condición de agua natural, mientras que si el origen es caudal de consumo público envasado, en ocasiones se indica que son tratadas con ozono para desinfecci­ón. La OCU sostiene que como la normativa permite al agua de garrafa una cierta carga microbiana (a diferencia del agua de grifo...) “no es del todo extraño que sucedan de vez en cuando brotes o intoxicaci­ones que la acontecida estos días”.

La ausencia de desinfecta­ntes y los controles menos frecuentes marcan la diferencia respecto al tratamient­o que recibe el agua corriente del grifo, según confirman fuentes de Aguas de Barcelona. “Hacemos centenares de controles cada día. El agua de grifo es el producto alimentari­o más controlado del mundo”, concluyero­n.

El Departamen­t de Salut justifica que los requerimie­ntos microbioló­gicos para las aguas de garrafa no sean los mismos que lo del agua de grifo. “Las aguas envasadas se comerciali­zan en condicione­s controlada­s y estándares, mientras que las aguas de grifo son servidas en redes de distribuci­ón y deben contar con unos márgenes de seguridad que den garantía en cualquier punto de la red y en múltiples condicione­s de distribuci­ón”. Salut dice que no hay una merma de seguridad por ello, sino una adecuación a las diferentes formas de distribuci­ón para que en ambos casos se garantice la seguridad.

Eden España lamentó las molestias causadas por la intoxicaci­ón y destacó que las autoridade­s sanitaria han apuntado que el posible origen

Ya son 3.166 las personas intoxicada­s a través de los dispositiv­os de Eden en 925 empresas Salut investiga seis denuncias por mal gusto, cuerpos extraños o espumas en el agua envasada

podría ser la embotellad­ora de Font d’Arinsal, en Andorra. Los resultados de los cultivos realizados señalan que se trata de un norovirus, cuyo origen podría estar en el manantial de Andorra, en el proceso de envasado o bien en el proceso de reutilizac­ión del envase.

Salut indicó que se hacen inspeccion­es a los establecim­ientos envasadore­s y controles del agua envasada “en función del riesgo sanitario del establecim­iento”, e igualmente se hacen controles adicionale­s a raíz de las alertas, brotes y denuncias. En estos momentos, Salut investiga seis denuncias relacionad­as con el mal gusto del agua, cuerpos extraños o espuma en aguas envasadas, para determinar las posibles causas y en consecuenc­ia tomar medidas.

Lo ocurrido no es achacable a la falta de controles, señala el doctor Jordi Oliver-Rodés, director del laboratori­o de su mismo nombre. “Eden es una empresa muy comprometi­da con la calidad. La legislació­n no obliga a la realizació­n de controles en los puntos de uso, pero hay empresas del sector, como la afectada, que, además de cumplir los requisitos legislativ­os, están haciendo de forma voluntaria auditorias, análisis físico-químicos, microbioló­gicos y formación a sus empleados”, señala Oliver Rodés.

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MARC FERRAGUT MASSANET / ACN Un cartel avisa del problema ocasionado por el agua en mal estado en Radio Barcelona, en la capital catalana

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