Las dos caras de PERISCOPE
Los vídeos en directo por teléfono transmiten igual una violación que el drama del refugiado
El momento dulce ha llegado con las retransmisiones en directo del drama de los refugiados sirios o los vídeos difundidos al instante, sin edición, que mostraron al mundo la barbarie de los actos terroristas de París y Bélgica. Ejemplos de la cara amable y positiva de Periscope, la aplicación Twitter que emite al momento y que en su primer año de vida ha hecho correr cien millones de vídeos por las redes sociales. Pero esta aplicación, como ha ocurrido con otros canales similares, tiene también su perfil oscuro y cruel.
Periscope fue el medio elegido por una pareja de Columbus (EE.UU.) para retransmitir en directo la violación de una joven conocida de ambos. Mientras el hombre consumaba la agresión su compañera, de 17 años, lo grababa todo con su teléfono y difundía simultáneamente esas imágenes a sus seguidores y también a todo usuario que en ese momento entrara en el perfil de la mujer.
En las normas de uso de Periscope se prohíbe, como es lógico, la transmisión de vídeos como el de esta violación. Así como imágenes de sexo explícito, que inciten a la prostitución o muestren conductas delictivas. Pero una cosa son las normas y otra muy diferente la realidad. La posibilidad de retransmitir imágenes al momento es lo que realmente hace atractiva a esta aplicación y lo que abre un abanico de nuevas posibilidades en la forma de comunicarse. Ha quedado más que claro con el drama de los refugiados sirios, al convertirse Periscope en la herramienta más eficaz para denunciar el infierno, silenciado por algunos gobiernos, de esas personas que huyen de la guerra. “Periscope ofrece la posibilidad de romper la censura o hacer visible el abuso de poder”, afirma Toni Roig, profesor de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). La clave del éxito está, continúa, “en la facilidad de la emisión y la transparencia del directo”.
Las bondades de esta aplicación con dramas como el de los refugiados sirios son, al mismo tiempo, el origen del problema al que ahora se enfrentan sus gestores para el control de lo que se transmite por los teléfonos. Esa inmediatez, tan eficaz para hacer visible lo que algunos poderes quieren ocultar, es lo que hace precisamente imposible detener a tiempo un vídeo que se está emitiendo. Cuando un hecho como el de la violación padecida por esa joven de Columbus se conoce, el daño ya está hecho.
El caso de esta agresión sexual es, por el momento, la peor de las caras mostrada por Periscope. Hasta la fecha lo visto en estos vídeos difundidos en directo a través
La difusión al momento de lo que ocurre, clave del gran éxito de la plataforma
de teléfonos móviles era similar a lo colgado en otros canales de las redes sociales. Dos bandas retransmitieron su pelea callejera en Londres; un par de ladrones difundieron, pistola en mano, el asalto a una casa en California, una ciudadana de Florida en estado ebrio retransmitió su alocada carrera al volante de un turismo... Episodios que la sociedad parece haber asumido que hay que pagar a cambio de los beneficios que
El riesgo está en el uso de ese canal como portal de porno o para los contactos sexuales La polémica también ha saltado al usarse el teléfono para emitir actos de la tele de pago
aportan todos los avances en la forma de comunicarse. Así lo entiende José María Martínez-Selva, catedrático de Psicobiología en la Universidad de Murcia. “Somos muy rápidos a la hora de aprovechar las ventajas de un nuevo canal, pero nos falta aún mucha cultura y entrenamiento para evitar hacer un uso erróneo de este”, afirma.
Periscope aporta, en opinión de expertos en la materia, más beneficios que peligros. Esta aplicación, que el pasado 26 de marzo cumplió su primer año de vida, tiene hoy más de diez millones de usuarios activos. Es la última cifra pasada por Twitter hace ya unos meses. Toni Roig augura que “el futuro de las redes sociales pasa por el vídeo en directo, hecho también muy valorado por anunciantes y patrocinadores”. Y a ese carro se están sumando muchos personajes famosos o celebridades que usan esa plataforma (cada uno con sus tics particulares) para promocionarse o sacar un beneficio con campañas publicitarias. Otra bondad de Periscope, indica Silvia Martínez, profesora de Estudios de la Información de la UOC, “es la conectividad que se consigue al permitir la conversación, también al momento, entre los usuarios. Es una herramienta con bidireccionalidad”.
Todavía es pronto coinciden estos dos profesores, para augurar el futuro que aguarda a esta aplicación. Aunque lo cierto es que otras plataformas y empresas digitales están desarrollando proyectos similares, con lo que cabe presumir que esto no va a ser cosa de dos días. También coinciden Roig y Martínez en los interrogantes éticos y legales abiertos por un mal uso de la aplicación.
De momento, Periscope ya ha demostrado que, además de poder reconvertirse en el canal perfecto para la retransmisión de actos delictivos, también es una amenaza para los espectáculos televisivos de pago. En Estados Unidos la polémica ha saltado con la retransmisión, sin coste alguno para los usuarios, de un combate de boxeo cuya emisión en televisión no era en abierto. Este es un tema que habrá que resolver y se empiezan a tomar ya algunas medidas como el anuncio de que esta aplicación se quiere prohibir en los próximos Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.
Al carro de Periscope se están subiendo, por otro lado, cada día más personajes famosos, celebridades o deportistas de élite. Uno de los más activos era, hasta hace unos días, el jugador del Barça Gerard Piqué. En las retransmisiones de escenas privadas y la vida cotidiana se entremezclan, considera el psicólogo Manuel Armayones, “el narcisismo y el exhibicionismo con las necesidades de retroalimentación o de pertenencia al grupo”.
Algunos famosos usan Periscope, al igual que otros canales de mensajería instantánea, “con la intención de controlar el flujo de información sobre ellos y eso puede salir bien en algunas ocasiones”, añade Armayones. “Esta herramienta –continúa este psicólogo– les permite traspasar la frontera de la intimidad hacia la extimidad, una especie de intimidad pública; pueden salir de su propia imagen para proyectar otra al mundo”. Pero Periscope es, al mismo tiempo, una nueva amenaza para esos mismos personajes famosos que la usan en beneficio propio. “La aplicación también puede jugar en su contra ya que cualquiera puede retransmitir situaciones comprometidas sin pedir permiso, ni tener los protagonistas conocimiento de que están siendo grabados”.
Otro de los frentes oscuros de los gestores de plataformas como Periscope se refiere al uso de este tipo de canales para el intercambio de imágenes de contenido erótico y, lo más preocupante, como vía de contacto en el mundo de la prostitución. Basta echar un vistazo a la lista de usuarios con más seguidores por su actividad en Periscope para encontrar a alguna que otra actriz porno. Emitir vídeos con estos contenidos está prohibido por Twitter, dueño del canal, pero controlar que esa norma se cumpla se apunta, al menos ahora, prácticamente imposible. Otras plataformas de emisión de vídeos en directo como Meerkat están padeciendo del mismo mal. Sin duda una cámara en directo puede convertirse en un canal perfecto para hacer negocio en el mundo del sexo. Y algunos y algunas han descubierto ya esa gallina de los huevos de oro.
Lo que tienen que saber todos los usuarios es que las plataformas disponen de un buzón para enviar denuncias por contenidos inapropiados.