Colau no tiene asegurada la aprobación de las cuentas
La modificación presupuestaria queda a expensas de lo que decida una asamblea de la CUP que se celebrará el jueves
La cuenta atrás hacia el pleno en el que se debatirá la modificación presupuestaria se acerca al final y Ada Colau sigue sin saber si podrá sacarla adelante. Nadie quiso expresar ayer su apoyo al gobierno municipal en la comisión de Economía y Hacienda. Ni tan siquiera ERC y PSC, que han introducido alegaciones importantes y se han mostrado favorables a los números de BComú desde hace semanas. Pero aunque tanto socialistas como republicanos dejaron entrever que el día de autos acabarán votando a favor, no pasa lo mismo con la CUP. Y su voto, también es necesario.
El concejal Josep Garganté repasó el listado de diez propuestas realizadas al gobierno para ganarse su voto. Han sido aceptadas por BComú pero no convencen a los cuperos. “Nos dicen que sí, pero luego lees de cerca lo que nos dicen y ves que es humo”, dijo Garganté, reprochando al primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, que “su discurso va por un lado y la práctica por otro”. Ni la T-Mobilitat totalmente en manos públicas, ni las políticas de vivienda solicitadas, ni la eliminación de los antidisturbios de la Guardia Urbana ni la creación del carnet de ciudad para los manteros... el listado de la CUP es largo. “Proponen estudios”, “analizarán protocolos”, “revisarán el funcionamiento”, son las respuestas que han recibido por parte del gobierno de Colau según Garganté. A tenor de lo expresado por el concejal cupero, el gobierno lo tiene complicado para conseguir su apoyo en el pleno municipal. Ayer se reservaron el voto y dijeron que lo debatirán en una asamblea que celebrarán el jueves en la que recogerán las opiniones de las trece agrupaciones de los barrios barceloneses.
A la espera de lo que diga la CUP, el resto de partidos de la oposición se reservaron el voto hasta el día de la comisión extraordinaria, que se podría celebrar el lunes, o el pleno del viernes de la semana que viene. “No nos queremos precipitar”, aseguró Montserrat Ballarín. La concejal socialista valoró que “el nuevo presupuesto de facto va en la dirección
Ni PSC ni ERC garantizan su apoyo a la alcaldesa a la espera de las negociaciones con la CUP
correcta”, pero se guardó el apoyo definitivo hasta el pleno por si BComú introduce algún cambio para satisfacer a la CUP que no les satisfaga. “Para asegurarnos que no se nos escapa nada”, dejó caer Ballarín. El PSC ha forzado a introducir inversiones en la ronda de Dalt, la Meridiana y Pere IV. ERC, por su parte, ha desencallado el desmantelamiento de la Modelo y ha introducido la inversión del Ayuntamiento en las obras para que el metro llegue a la Zona Franca. “La gente nos pide que resolvamos problemas y nos pongamos de acuerdo”, resumió el republicano Alfred Bosch, pese a que también evitó dar su apoyo definitivo aún.
La situación fue definida por Sònia Recasens (CiU) como “un vodevil”. Carina Mejías, de Ciutadans, habló de “sainete” y el popular Javier Mulleras lo calificó de “culebrón”. Los tres partidos, además de criticar las maneras de negociar de BComú, advirtieron del sometimiento a un plan económico financiero. Mientras CiU y C’s no expresaran su voto hasta el día del pleno, el PP fue el único partido que ya ha dejado claro su no a la modificación presupuestaria. “La decisión más importante del año se discute con total opacidad, sin participación”, apuntó Javier Mulleras, que aprovechó la proximidad de Sant Jordi para recordarle a Colau que su rosa tiene muchas espinas.