El abogado indignado
SEBASTIÀ ESTRADÉ (1923-2016) Abogado, escritor, divulgador científico
Sebastià Estradé, abogado, autor de novelas de ciencia ficción y divulgador científico, ha muerto a los 93 años. Fue directivo de empresa, experto en derecho del espacio ultraterrestre, divulgador de ciencia y, en su última etapa, un indignado activista por los daños que la minería de potasa ha ocasionado en su pueblo, en su comarca y en el río Llobregat. Estradé demostró que no es verdad que la gran industria deslocalice los impactos ambientales para llevarlos al tercer mundo, sino que muchas veces se quedan en el primer mundo y están tan cerca que muchos no lo quieren ver. Desde la habitación de la residencia de ancianos donde vivió los últimos años escribió el recurso con el que los jueces exigieron que se restaurara la montaña de residuos salinos de El Cogulló.
Su biografía recoge una evolución que le llevó de la literatura de ciencia ficción al ecologismo. A lo largo de su vida hilvanó 16 relatos juveniles imaginando mundos extraños como escenario para desplegar su conocimiento del espacio y de la naturaleza humana. Lo que no podía imaginar era que su novela más querida estaría inspirada en su último capítulo vital, escrito ya con 90 años: la lucha para eliminar la gran montaña de sal, generada por las minas de potasa de Sallent. ¡Qué paradoja! El hombre que exploró su imaginación buscando mundos lejanos encontró ante sus narices la imagen más surrealista para inspirar su libro Quan tornis, porta una mica de pluja. “Ese escenario futurista emergió cuando cada mañana, desde la terraza de mi casa, veía como crecía y crecía la acumulación de residuos salinos de la mina de potasa de Sallent”, rememoraba.
Hoy, la montaña de sal de El Cogulló ocupa la superficie de 47 hectáreas (unos 50 campos de fútbol). Es un grave foco de riesgo ecológico en Catalunya, pues las precipitaciones provocan cursos de agua sobre la montaña de sal, que amenazan permanentemente con agravar
Desde la residencia de ancianos, convenció al TSJC de restaurar la montaña de sal de El Cogulló
la salinización del Llobregat, según denunció.
Estudió el bachillerato en Manresa; y la carrera de Derecho en Barcelona, en donde completó una innovadora tesis sobre el Derecho del espacio, un trabajo declarado de utilidad pública por el ejército del aire español. Y vivió intensamente los sesenta, cuando el debate público mundial se adentraba en la conquista del espacio exterior. Su amplio conocimiento de las tecnologías del espacio le permitieron desplegar su potencial en la literatura científica. Muchos jóvenes estudiaron carreras de ciencias gracias a sus relatos en Cavall Fort. Sus relatos para adultos y jóvenes incluyen títulos como Més enllà no hi ha fronteres (1966), Més enllà del misteri (1970), Estimeu el vostre entorn (premio Crítica Serra d’Or de 1984), A l’espai no hi volem guerra (1993) o De tants colors (2006), entre muchas otras. Pionero en divulgación de la ciencia, colaboró en el programa de TVE Amigos del Espacio, muy popular en los años sesenta; y fue enviado por el diario Tele/eXprés a la estación de seguimiento de Robledo de Chavela (en Madrid), donde estaba situada una de las dos principales estaciones de seguimiento de las misiones Apolo.
Desde la residencia de ancianos, y sin más ayuda que una prosa cruda y realista, Estradé convenció al Tribunal Superior de Justícia de Catalunya de la necesidad de poner en marcha un plan de restauración de la montaña de sal de El Cogulló. Proteger el medio ambiente fue su segunda gran obsesión. El fallo del TSJC obligó al Govern de la Generalitat a exigir a la empresa minera (Iberpotash) que inicie el plan de restauración de la montaña de sal. “Los residuos salinos deben volver a las minas, como hacen los países que defienden el medio ambiente. ¿Por qué aquí no? La Generalitat podría hacer más para combatir los daños de la minería”, solía repetir.