Isabel II y los Beatles
LA reina Isabel cumplió 90 años y su fiesta de cumpleaños fue un prodigio de discreción, con una cena familiar, el tronar de 41 cañonazos en Hyde Park y la rendición de honores en la Cámara de los Comunes. Recientemente se ha cumplido también medio siglo del nombramiento de los Beatles por parte de la reina como miembros de la orden del Imperio Británico. Sin duda una de las decisiones que más quebraderos de cabeza le han dado a Isabel II.
“¡Caray! –dijo John Lennon cuando se enteró–. Creía que para eso había que conducir tanques y ganar guerras”. Junto a las bromas de los miembros de la banda, hubo protestas contra el honor concedido por parte de nobles de pedigrí y de altos militares. Incluso hubo quien devolvió su medalla a la casa real. Mientras, Lennon seguía haciendo declaraciones: “Hay oficiales que han recibido sus medallas por matar gente, a nosotros simplemente por cantar; bien mirado, creo que las merecemos más que ellos”. A la reina la polémica no le hizo ninguna gracia, por más que estuviera convencida de que los chicos de Liverpool aportaban modernidad a la institución. Modernidad y problemas: el día del otorgamiento hubo un tumulto de fans ante Buckingham Palace y en los lavabos de palacio se metieron los cuatro a fumar marihuana.
Cuatro años después, Lennon devolvió la condecoración por la participación británica en la guerra civil de Nigeria y el apoyo del Reino Unido a la intervención norteamericana en Vietnam. Y Paul McCartney le dedicó un divertido homenaje a la reina a través de una canción cuyos primeros versos dicen: Her Majesty’s a pretty nice girl, but doesn’t have a lot to say (Su Majestad es una buena chica, pero no tiene gran cosa que decir). En la fiesta de la reina no sonaron los Beatles.