Mario Draghi
PRESIDENTE DEL BCE
Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo, respondió ayer a las críticas procedentes de Alemania por considerar sus políticas perjudiciales. Draghi defendió la independencia y criterios del banco y rechazó ingerencias políticas.
Mario Draghi tiene fama de ser un hombre discreto y con autocontrol, como se exige a un banquero central. Pero ayer superMario –así le llaman sus colegas– cogió su fusil y abandonó por unos instantes su proverbial aplomo.
En la rueda posterior a la reunión de consejo del BCE en Frankfurt, a la enésima pregunta sobre las recientes acusaciones de los políticos alemanes –el ministro de Finanzas Wolfgang Schäuble, entre otros–, que le culpan del auge de los partidos de extrema derecha por el impacto de sus políticas, levantó la voz. De forma leve, pero apreciable.
Primer disparo. “Obedecemos a la ley, no a los políticos. Somos independientes y trabajamos para el conjunto de la eurozona, no sólo para Alemania”, dijo. El recado a Schäuble, más allá de la versión oficial (“tuvimos un debate cordial”, señaló Draghi) fue bastante explícito.
Pero Mario Draghi no se detuvo aquí. Segundo ataque. “Algunas críticas pueden poner en peligro la independencia del BCE y frenar la inversión de las empresas. Cada vez que se mina la credibilidad de un banco central, los resultados se retrasan y es necesario tomar más medidas expansivas”.
Tercera bala: reivindicación y orgullo. “Nuestra política ha sido la única que se ha llevado a cabo en la eurozona en los últimos cuatro años. Los estados deben contribuir con políticas estructurales, financiar la inversión y, cuando sea posible, bajar los impuestos”.
Varios miembros de la clase política alemana han lanzado una campaña contra el BCE en las últimas semanas, asustados por la débil rentabilidad del sector financiero. Una circunstancia avalada hace unos días por el mismo FMI. En el turno de preguntas, hubo quien le recordó que con las actuales condiciones monetarias los fondos de pensiones en Alemania y las compañías de seguros están sufriendo más de la cuenta.
Draghi volvió a vaciar el cargador. “Sabemos que estos fondos han sido afectados por el entorno actual, pero se debe resistir a la tentación de culpar de todo a los bajos tipos de interés. En EE.UU. esta política ha durado mucho más y los fondos de pensiones siguen ahí”,
DEFENSA DE LA INDEPENDENCIA El banquero dice que si se mina la credibilidad de la institución se frenan las inversiones ‘HELICOPTER DROP’ El presidente del BCE descarta distribuir dinero directamente a los ciudadanos
recordó el presidente del BCE, que también minimizó la situación de los bancos. “Si el impacto fuera cierto, no tendríamos beneficios y no consta que las entidades europeas, a nivel agregado, sufran pérdidas”.
La última ráfaga fue a las alusiones de algunos representantes políticos alemanes que habían reclamado que el presidente del BCE fuera un alemán. “Algunos se preguntan si un banquero que no fuera italiano habría actuado de otra manera. Sí, seguramente. Pero mi predecesor en el cargo, Jean-Claude Trichet, dijo que habría hecho lo mismo que yo”.
En el plan exquisitamente económico, el BCE dejó los tipos de interés sin variaciones en mínimos históricos y mantuvo su plan de compra de bonos de 80.000 millones de euros mensuales. La entidad monetaria va a comenzar en junio a comprar deuda corporativa de em-
presas que no sean bancos, pero se incluye la emitida por compañías aseguradoras, con grado de inversión y con un vencimiento mínimo de seis meses y máximo de hasta 30 años.
“Las condiciones financieras han mejorado. Nuestras políticas funcionan. Sólo es cuestión de tiempo. Hay que ser pacientes. El crecimiento es modesto, aunque sostenido. Pero las medidas actuales durarán un periodo de tiempo extenso. Persisten la incertidumbre global y los riesgos”, recalcó el banquero italiano. La pregunta que estaba en boca de muchos operadores era si el Banco Central Europeo había considerado la posibilidad de canalizar efectivo hacia los contribuyentes para animarlos a gastar e impulsar la demanda. Es lo que en la jerga financiera se conoce como el helicopter
drop, es decir, literalmente imprimir y distribuir (desde el aire, en sentido metafórico) billetes a los consumidores. “Estamos dispuestos a usar todos los instrumentos que tenemos en nuestro mandato”, fue la frase que despertó inquietud. Pero Draghi descartó esta opción. “Aparte de tener complejidades legales, no lo hemos discutido”.
Un último apunte sobre el Brexit . El BCE, que nunca quiso posicionarse, ayer señaló que la presencia del Reino Unido en la UE es “mutuamente beneficiosa”. Pero, más interesante aún, insinuó que el impacto de una salida británica sobre la recuperación económica sería “limitado”. Ya no era tiempo de sacar la artillería.