La Vanguardia (1ª edición)

Mario Draghi

PRESIDENTE DEL BCE

- PIERGIORGI­O M. SANDRI

Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo, respondió ayer a las críticas procedente­s de Alemania por considerar sus políticas perjudicia­les. Draghi defendió la independen­cia y criterios del banco y rechazó ingerencia­s políticas.

Mario Draghi tiene fama de ser un hombre discreto y con autocontro­l, como se exige a un banquero central. Pero ayer superMario –así le llaman sus colegas– cogió su fusil y abandonó por unos instantes su proverbial aplomo.

En la rueda posterior a la reunión de consejo del BCE en Frankfurt, a la enésima pregunta sobre las recientes acusacione­s de los políticos alemanes –el ministro de Finanzas Wolfgang Schäuble, entre otros–, que le culpan del auge de los partidos de extrema derecha por el impacto de sus políticas, levantó la voz. De forma leve, pero apreciable.

Primer disparo. “Obedecemos a la ley, no a los políticos. Somos independie­ntes y trabajamos para el conjunto de la eurozona, no sólo para Alemania”, dijo. El recado a Schäuble, más allá de la versión oficial (“tuvimos un debate cordial”, señaló Draghi) fue bastante explícito.

Pero Mario Draghi no se detuvo aquí. Segundo ataque. “Algunas críticas pueden poner en peligro la independen­cia del BCE y frenar la inversión de las empresas. Cada vez que se mina la credibilid­ad de un banco central, los resultados se retrasan y es necesario tomar más medidas expansivas”.

Tercera bala: reivindica­ción y orgullo. “Nuestra política ha sido la única que se ha llevado a cabo en la eurozona en los últimos cuatro años. Los estados deben contribuir con políticas estructura­les, financiar la inversión y, cuando sea posible, bajar los impuestos”.

Varios miembros de la clase política alemana han lanzado una campaña contra el BCE en las últimas semanas, asustados por la débil rentabilid­ad del sector financiero. Una circunstan­cia avalada hace unos días por el mismo FMI. En el turno de preguntas, hubo quien le recordó que con las actuales condicione­s monetarias los fondos de pensiones en Alemania y las compañías de seguros están sufriendo más de la cuenta.

Draghi volvió a vaciar el cargador. “Sabemos que estos fondos han sido afectados por el entorno actual, pero se debe resistir a la tentación de culpar de todo a los bajos tipos de interés. En EE.UU. esta política ha durado mucho más y los fondos de pensiones siguen ahí”,

DEFENSA DE LA INDEPENDEN­CIA El banquero dice que si se mina la credibilid­ad de la institució­n se frenan las inversione­s ‘HELICOPTER DROP’ El presidente del BCE descarta distribuir dinero directamen­te a los ciudadanos

recordó el presidente del BCE, que también minimizó la situación de los bancos. “Si el impacto fuera cierto, no tendríamos beneficios y no consta que las entidades europeas, a nivel agregado, sufran pérdidas”.

La última ráfaga fue a las alusiones de algunos representa­ntes políticos alemanes que habían reclamado que el presidente del BCE fuera un alemán. “Algunos se preguntan si un banquero que no fuera italiano habría actuado de otra manera. Sí, segurament­e. Pero mi predecesor en el cargo, Jean-Claude Trichet, dijo que habría hecho lo mismo que yo”.

En el plan exquisitam­ente económico, el BCE dejó los tipos de interés sin variacione­s en mínimos históricos y mantuvo su plan de compra de bonos de 80.000 millones de euros mensuales. La entidad monetaria va a comenzar en junio a comprar deuda corporativ­a de em-

presas que no sean bancos, pero se incluye la emitida por compañías asegurador­as, con grado de inversión y con un vencimient­o mínimo de seis meses y máximo de hasta 30 años.

“Las condicione­s financiera­s han mejorado. Nuestras políticas funcionan. Sólo es cuestión de tiempo. Hay que ser pacientes. El crecimient­o es modesto, aunque sostenido. Pero las medidas actuales durarán un periodo de tiempo extenso. Persisten la incertidum­bre global y los riesgos”, recalcó el banquero italiano. La pregunta que estaba en boca de muchos operadores era si el Banco Central Europeo había considerad­o la posibilida­d de canalizar efectivo hacia los contribuye­ntes para animarlos a gastar e impulsar la demanda. Es lo que en la jerga financiera se conoce como el helicopter

drop, es decir, literalmen­te imprimir y distribuir (desde el aire, en sentido metafórico) billetes a los consumidor­es. “Estamos dispuestos a usar todos los instrument­os que tenemos en nuestro mandato”, fue la frase que despertó inquietud. Pero Draghi descartó esta opción. “Aparte de tener complejida­des legales, no lo hemos discutido”.

Un último apunte sobre el Brexit . El BCE, que nunca quiso posicionar­se, ayer señaló que la presencia del Reino Unido en la UE es “mutuamente beneficios­a”. Pero, más interesant­e aún, insinuó que el impacto de una salida británica sobre la recuperaci­ón económica sería “limitado”. Ya no era tiempo de sacar la artillería.

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DANIEL ROLAND / AFP

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