España se muestra dispuesta a acelerar la acogida de refugiados

España está dispuesta, ahora sí, a acelerar la acogida de refugiados. Según dijo ayer el ministro del Interior en funciones, Jorge Fernández Díaz, en mayo podrían llegar varios centenares.

Por el momento, sólo han llegado 18 procedentes de Italia, a pesar de que el compromiso inicial del pasado mes de noviembre era recibir a 50 personas. El cupo se cumplirá en los próximos días. Además, el Gobierno confía en que no tarden en llegar otros 150 refugiados desde Grecia. Fernández Díaz dijo que podrían estar ya en España y que si no es así, es porque Atenas está retrasando el vuelo, ya que sólo “ha efectuado” los controles de seguridad de algunos de ellos.

Para los que todavía no hay una fecha precisa es para los refugiados que están en Turquía, que los países de la UE se han comprometido a acoger, en base al acuerdo firmado con Ankara. El Gobierno se ha comprometido a aceptar a 385 sirios, pero el ministro evitó dar un calendario concreto.

Fernández Díaz aprovechó sus declaraciones para mostrar su malestar por la interpretación que en su opinión se ha hecho de la carta que el Govern entregó a la Comisión Europea, pidiéndole que presionara a Madrid para que Catalunya pueda acoger a 4.500 inmigrantes procedentes de zonas de conflicto. “Se filtró sólo la primera página de la carta, y no la segunda, donde se especificaba que es a los Gobiernos (nacionales) a los que les corresponde ejecutar las decisiones de la UE”.

Las nuevas plazas ofrecidas ayer por el ministro del Interior suponen un avance respecto al ritmo de reubicaciones actual, pero aún queda camino por recorrer para acoger a los casi 15.000 refugiados a los que está obligada España.

Fernández Díaz acudió ayer a Luxemburgo a una reunión con sus colegas europeos, cuando se cumple un mes del acuerdo firmado con Turquía, que de momento no termina de arrancar. Ankara sigue sin reconocer la protección internacional a todos los refugiados y en Grecia se acumulan las peticiones de asilo. No obstante, Italia presiona para firmar el mismo pacto con Libia y cerrar una ruta alternativa que se está empezando a vislumbrar tras el cierre de fronteras en el Este.