Romero confirma que Urdangarin usó su posición para lucrarse
El exasesor jurídico de la Zarzuela apartó al marido de la infanta de Nóos
José Manuel Romero, conde de Fontao y asesor jurídico externo del rey Juan Carlos, asestó ayer un nuevo golpe a la defensa de Iñaki Urdangarin. Con su declaración ante el tribunal que juzga al exduque de Palma por el caso Nóos, Romero desmontó la tesis bajo la cual se ha amparado el marido de la infanta Cristina hasta la fecha. De esta forma negó cualquier tipo de supervisión o tutela de la Casa del Rey con respecto a los negocios privados desplegados por Urdangarin y su socio Diego Torres. Una circunstancia que tanto Urdangarin y Torres han utilizado como base de su defensa desde el inicio del proceso. Romero, quien hasta 2015 ejerció su función en la Zarzuela como “asesor jurídico externo de la Casa del Rey que hacía los trabajos que le encargaban”, explicó ayer que, en 2005, decidió intervenir por “iniciativa propia” y comunicar al entonces jefe de la Casa del Rey, Alberto Aza, la repercusión mediática y política que estaban provocando las actividades del Instituto Nóos, impulsado por Urdangarin y que, según su criterio, podían afectar la imagen de la Corona.
Por esa razón, y de acuerdo con Aza, mantuvo una primera reunión con Urdangarin para que le explicara el funcionamiento de la entidad. Tras el encuentro, el abogado observó “fines mercantiles” y comprobó que Nóos no era un “movimiento asociativo”, como decían. En cualquier caso, el abogado quiso dejar claro que jamás tuvo la impresión de que tras el instituto se escondiera cualquier tipo de actividad delictiva, pero sí consideró que no era apropiada para el entonces duque de Palma por su vinculación con la institución real. José Manuel Romero explicó ayer que pudo comprobar que las empresas y administraciones públicas básicamente contrataban a Urdangarin por su parentesco real y no por los méritos del Instituto Nóos. En este contexto, el conde de Fontao señaló que las instrucciones que dio a Urdangarin fueron claras: podía cobrar dietas por los consejos en los que participaba pero nunca comisiones por facilitar sus negocios, ni servirse de su tarjeta de visita para conseguir contratos. A pesar de las indicaciones, Urdangarin no cesó en sus actividades hasta 2006, un año después del aviso. Del entramado de empresas de Nóos y los posibles delitos fiscales en Aizoon, el conde de Fontao nunca tuvo conocimiento.
También ayer, el tribunal rechazó expulsar del juicio al sindicato Manos Limpias tal y como había solicitado la defensa de Diego Torres, una petición a la que también se unió el letrado que defiende a Urdangarin. La presidenta de la sala, Samantha Romero, rechazó la petición argumentando que “no hay trámite procesal” para esta petición. La sala ha pospuesto la decisión definitiva a la sentencia a la espera de cómo discurra la investigación abierta en Madrid contra los dirigentes de Manos Limpias acusados de extorsionar, entre otros a los abogados de la Infanta.
En el caso Nóos exigieron tres millones de euros al Banco Sabadell y a La Caixa a cambio de retirar la acusación contra a la infanta Cristina, para quien solicitan como acusación popular ocho años de cárcel como cooperadora necesaria en dos delitos fiscales. Además, la juez se ha negado a pedir a la Audiencia Nacional copia del auto del juez Santiago Pedraz sobre Manos Limpias y su sistema de financiación, tal y como había pedido el fiscal Pedro Horrach.
La presidenta del tribunal reitera que Manos Limpias puede seguir ejerciendo la acusación popular