La Vanguardia (1ª edición)

Sánchez sitúa a Iglesias en la diana de su ofensiva electoral ante el 26-J

El PSOE intenta recuperar terreno ante la “fuga de votos” que constata en Podemos

- JUAN CARLOS MERINO Madrid

“Nuestro adversario es Mariano Rajoy y el PP”, zanjan Pedro Sánchez y todos en la dirección del PSOE ante su gran objetivo por batir en la prevista repetición electoral del próximo 26 de junio. El líder del PSOE, de hecho, aseguró en la última ejecutiva de Ferraz, para sorpresa de algunos de los presentes, su convicción: “Estamos en condicione­s de ganar al PP”.

Sánchez, no obstante, a quien ya pone en la diana de su ofensiva electoral ante el 26-J es a Pablo Iglesias. No a Podemos, formación con la que le guste más o menos habrá de intentar entenderse si quiere volver a aspirar a llegar a la Moncloa, y cuyo electorado está formado en gran medida por exvotantes socialista­s. Sino al líder del partido morado, a quien Sánchez hace responsabl­e en exclusiva de haberle impedido ser ya presidente del Gobierno. “La persona que propició que no haya acuerdo fue Iglesias, con Íñigo Errejón habría sido posible”, reconoció Sánchez ante su ejecutiva. Es más, les dijo que no podía desvelar “conversaci­ones privadas” con Iglesias, pero que el único interés que le había manifestad­o el líder de Podemos era “entrar en el Gobierno”. “Si hubiera dicho que sí, no habría hecho falta hablar ni de contenidos”, les aseguró. “Creedme”, zanjó.

En la dirección del PSOE aseguran que con la volatilida­d del escenario político, y a dos meses de otros muy inciertos comicios, no dan mucha fiabilidad a los sondeos cuantitati­vos. No así a los cualitativ­os, que piensan que pueden tomar mejor la temperatur­a del ambiente en estos momentos. Y, de los que tienen encima de la mesa, extraen tres conclusion­es referidas a Podemos sobre las que van a di- señar su estrategia electoral.

En primer lugar, explican en Ferraz, la “baja fidelidad” del electorado de Podemos y la notable “fuga de votos” que estaría sufriendo la formación de los círculos. “Se les está abriendo un auténtico boquete electoral”, constatan, que podría suponer una caída del voto de entre el 25% y el 30%. El motivo de esta abultada factura electoral, aseguran en el PSOE, sería que Pablo Iglesias “ha defraudado las expectativ­as de cambio”.

Esa es la segunda gran conclusión de los estudios cualitativ­os que maneja el PSOE: que hasta un 40% del electorado de Podemos no apoyaría la decisión de Pablo Iglesias de negarse a propiciar un gobierno presidido por Pedro Sánchez que desalojara a Mariano Rajoy de la Moncloa, por mucho que el líder morado acuse del desacuerdo al secretario general del PSOE y a su acuerdo con Ciudadanos. “Los sectores más moderados, urbanos y de clase media que votaron a Podemos, ahora se van a pensar mucho su voto”, explican.

Todo este voto que estaría saliendo “a chorros” de Podemos, dicen en el PSOE, se estaría disgregand­o. La mayoría se habría situado, por ahora, en la abstención. Pero también estaría recalando en Izquierda Unida y, en menor medida, en el PSOE. Recuperar parte del terreno perdido será uno de los grandes objetivos de Pedro Sánchez el 26-J, para empezar con los exvotantes socialista­s que ya se habrían desencanta­do de Podemos. Una formación que, insisten en Ferraz, “ha perdido mucho brillo”.

Y el tercer dato significat­ivo de los sondeos que tiene el PSOE arroja una mejor valoración de Íñigo Errejón que de Pablo Iglesias entre los votantes de Podemos. Este es el motivo por el que, desde que Iglesias oficializó la ruptura de las negociacio­nes con el PSOE el pasado 8 de abril, al anunciar una consulta interna entre las bases de su formación, Pedro Sánchez y todos en la dirección del PSOE han metido el dedo en la llaga de las presuntas diferencia­s entre los números uno y

dos del partido de los círculos. “Hay claramente dos almas en Podemos”, aseguran.

En el PSOE tampoco pierden de vista la alianza electoral que Podemos podría sellar con IU ante el 26-J. Pese a todas las amenazas de sorpasso, en Ferraz aseguran que este movimiento de Pablo Iglesias sólo intentará compensar el desplome electoral que ahora reflejan las encuestas. “Es la única esperanza que le queda a Iglesias, es su clavo ardiendo”, piensan en la dirección del PSOE.

Aunque dan por hecho que una alianza de Podemos e IU el 26-J no sumaría los votos que ambas formacione­s obtuvieron el pasado 20 de diciembre, por lo que descartan el sorpasso al PSOE. “Ese fue siempre el objetivo de Iglesias, ahora ya declarado. Pero hay sectores de IU, y sobre todo del PCE, que no aceptarán diluirse en Podemos; y sectores de Podemos que rechazarán esa alianza, porque no era esa su idea de la formación. Así que tendrían fugas por ambos lados”. Ahora bien, zanja un veterano del PSOE: “A Podemos le traerá más beneficios que perjuicios esta alianza”.

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