Los yihadistas sólo raras veces se camuflan entre los refugiados
VIENE DE LA PÁGINA ANTERIOR probable freno a su expansión en Siria e Iraq causado por el empuje de la alianza sirio-rusa y las acciones de la coalición occidental.
El conocimiento de este plan del EI ha producido sus efectos, incrementándose dispositivos de vigilancia –algunos muy notorios y otros invisibles– en zonas que responden al ambiente en el que pueden desembarcar estos comandos y sus objetivos. Sobre estos despliegues no ofrecen más información por razones elementales de seguridad y eficacia.
Los nuevos mini grupos terroristas forman parte de la guerra global que impone el EI y llegan a Europa cruzando fronteras por diferentes cauces, entre ellos –pero sólo cuando les es muy favorable– camuflándose entre refugiados. No obstante, informan las mismas fuentes, aunque hay una probada ecuación entre el número de desplazados al EI y la amenaza terrorista, no la hay en función de los refugiados. “Cualquier evaluación que mezcle terroristas con refugiados es falsa”, dicen, pues los yihadistas quieren entrar rápidamente en Europa y no poner en riesgo su misión en barcos fletados por traficantes y contrabandistas o paralizados en fronteras de Grecia o Turquía.
Es sabido –siempre según las mismas fuentes– que estos terroristas buscan medios simples y eficaces para entrar en Europa, como son los transportes convencionales que combinan con el uso de pasaportes auténticos, robados y manipulados en sus identidades. En este sentido, se han detectado pasaportes manipulados principalmente originarios de Grecia y Siria y también otros robados a turistas en Europa, como es el caso de España cuya policía es pionera en la detección del uso yihadista de pasaportes sustraídos por delincuentes comunes en zonas turísticas. El asunto viene de muy lejos y en febrero del 2002 y también en agosto del 2014 este dia- rio informó de la conexión entre la delincuencia común y la logística terrorista. Sobre este extremo se subraya la reciente aprobación del registro de pasajeros aéreos, Passenger Name Record (PNR), en inglés, que forma parte de las diversas medidas para detectar el movimiento de retornados y cómplices.
En una valoración de conjunto, los servicios de inteligencia europea consideran que toda Europa está en riesgo y que Francia ocupa un rango superior, lo que se observa a través de la propaganda yihadista que se ocupa constantemente de criticar y atacar al país vecino y sus dirigentes. En cuanto a otros riegos poco probables, los analistas manejan la amenaza –de grado medio– de atentados contra aviones comerciales, aunque sitúan esta opción preferentemente en áreas del Próximo Oriente donde los terroristas cuentan con mayor infraestructura para preparar atentados de envergadura. “Nuestros datos indican que sólo donde cuenten con grandes células de apoyo y se sientan más seguros tratarán de cometer atentados de envergadura y complejidad”, afirman los analistas.
Mientras tanto, los servicios antiterroristas constatan un estancamiento del flujo de voluntarios que acuden al EI. Pero no se trata de que haya disminuido el número de simpatizantes en la UE. Esta reducción
El flujo de simpatizantes del EI se ha reducido y aumentan los que quieren desertar
de viajes hacia el EI obedece a varios factores: la eficacia policial –altísima en España– a la hora de detectar células de captación de yihadistas; la dureza de vivir en un EI en guerra y totalitario que comienza a ser temido entre algunos seguidores que tratan de desertar, y una limitación de entrada dictada por el propio EI que exige más conocimientos militares y que prefiere que una parte de sus voluntarios permanezcan en sus respectivos países de residencia. La intención de esta restricción de voluntarios es que se queden y formen células a las órdenes del EI. Es una forma, indican las citadas fuentes, “de intentar incrementar el ejército invisible de que disponen en Occidente”.
El EI no quiere más voluntarios inexpertos y sólo los acepta con conocimientos militares