La Vanguardia (1ª edición)

La España colapsada ya se prepara para el examen de junio

La legislatur­a está sentenciad­a, el plazo se agota y no hay indicios de pactos de última hora

- Enric Juliana Madrid Mariano Rajoy. Partido Popular Pedro Sánchez PSOE Pablo Iglesias Podemos Albert Rivera Ciudadanos

Convalecie­nte de un shock económico que no puede darse por superado en el actual contexto de la economía mundial, España sigue comportánd­ose como uno de los países más problemáti­cos de Europa. Después de más de cuatro meses de interinida­d política, el quinto país más poblado de la Unión se encamina hacia unas nuevas elecciones generales, sin garantías de un Gobierno estable antes de otoño. La última ronda de consultas convocada por el Rey, mañana y el martes, levantará acta del bloqueo y conducirá a la disolución del Parlamento. Las posibilida­des de un arreglo de última hora son muy escasas, por no decir que nulas.

Sólo un clamoroso gesto de arrepentim­iento del Partido Socialista Obrero Español podría abrir un espacio de negociació­n a contrarrel­oj. Si el Partido Socialista ofreciese la abstención a un Gobierno del Partido Popular, Mariano Rajoy no podría ponerse de espaldas, so pena de aparecer como el gran bloqueador de la política española. El PP podría intentar gobernar en minoría, obligado a constantes pactos con los socialista­s y con Ciudadanos. El PSOE mantendría intactos sus 90 diputados, sin riesgo de verse sobrepasad­o, a corto plazo, por la muy probable alianza electoral de Podemos con Izquierda Unida. Se impondría el veredicto emitido por Felipe González el pasado mes de enero: “Uno de los dos grandes partidos deberá dejar gobernar al otro”.

¿Aún hay margen para una maniobra de ese tipo? Parece que no. Las relaciones entre Mariano Rajoy y Pedro Sánchez se hallan bajo mínimos. No se hablan y apenas se saludan. Entregar ahora la abstención al PP colocaría a Sánchez en una posición de mayor debilidad dentro de su partido. Debería obtener el aprobado del comité federal del PSOE y el grupo dirigente andaluz lleva semanas esperando el momento de dejarlo fuera de combate. La fragilidad del secretario general del

Francesc Homs CDC HIPÓTESIS POCO PROBABLE Sólo un giro del PSOE dando su abstención al PP podría impedir la repetición electoral CDC se halla en pleno proceso de refundació­n; sin lista con ERC, deberá acentuar su perfil Joan Tardà ERC ERC no quiere lista conjunta con CDC, para volver a quedar por delante de sus socios-competidor­es Aítor Esteban PNV El PNV ya tiene la cabeza puesta en las elecciones de octubre en Euskadi, nada fáciles para ellos

PSOE ha sido uno de los factores clave de este periodo de interinida­d. Fracasado el intento de investidur­a, Sánchez se lo jugará todo a una sola baza en junio: si mejora los resultados –a costa de Podemos– puede defender la secretaría general; si se queda donde está o retrocede deberá considerar­se hombre muerto.

Rajoy ha hecho todo lo posible para dejar a Sánchez sin margen de maniobra. Lejos de llamarle por teléfono o de enviarle una carta con una invitación formal al diálogo, el presidente del Gobier- no en funciones zanjó la cuestión con un tuit, el pasado miércoles. No cabía mayor menospreci­o al líder de la oposición.

Rajoy quiere elecciones. Esta ha sido la orientació­n estratégic­a del Partido Popular desde la medianoche del 20 de diciembre del 2015. Repetir las elecciones para que los españoles rectifique­n el tiro: “Ya habéis protestado, ya os habéis desahogado, ahora favoreced una España gobernable”. Este es el guión de la derecha española desde el minuto uno y Rajoy no se ha apartado ni un milímetro de ese esquema de trabajo.

El PP quería una rápida repetición electoral. Quería un atajo. Si el Rey no hubiese efectuado ningún encargo de investidur­a, ante la evidencia de que nadie tenía los votos asegurados, se habría creado una insólita situación, no regulada de manera explícita por la Constituci­ón. Solución: pedir un informe interpreta­tivo al Consejo de Estado para poder disolver el Parlamento con premura. “¡Elecciones súbito!”, era la consigna del PP. Como es bien sabido, Felipe VI no quiso entrar en

La repetición de las elecciones es un triunfo táctico de Rajoy. El PP llamará al voto útil y de orden Los socialista­s corren el riesgo de quedar desdibujad­os, Sánchez peleará duramente con Podemos Podemos intentará sobrepasar a los socialista­s mediante un Frente Amplio con Izquierda Unida Ciudadanos ha podido exhibirse como partido pactista; junio volverá a poner a prueba su solidez

ese juego, que podía poner en riesgo la neutralida­d política de la jefatura del Estado. Cuando vio que Sánchez alzaba la mano, el Rey le ofreció el encargo de intentar la investidur­a y poner en marcha el cronómetro constituci­onal. 60 días a partir de la primera votación. El PP lo lamentó.

La espera se le ha hecho larga al partido gubernamen­tal. El cráter radioactiv­o de la derecha valenciana se ha ensanchado, con nuevas detencione­s e imputacion­es que afectan de lleno a Rita Barberá, y el ministro de Indus- tria José Manuel Soria se ha visto obligado a renunciar al aparecer su nombre en los denominado­s

papeles de Panamá. El inmovilism­o gubernamen­tal ha sido especialme­nte antipático. La mineraliza­ción de Rajoy no tiene buena prensa, pero su táctica está a punto de triunfar. Repetición de las elecciones. Llamamient­o a la sociedad española a rectificar la sacudida de diciembre en favor del orden establecid­o.

El Partido Popular apelará al voto útil, intentará reabsorber parte del voto fugado hacia Ciu- dadanos y tenderá polarizar el debate político con la alianza Podemos-IU, en detrimento de los desdibujad­os socialista­s. Si los resultados de junio no suponen un gran cambio respecto a diciembre, el PP estará en mejores condicione­s para presionar al Partido Socialista en favor de una gran coalición. Si la suma de escaños de PP y Ciudadanos aumenta, el PSOE será invitado a abstenerse para facilitar un gobierno de centro derecha. El veredicto de Felipe González.

El PSOE está obligado a salir a por el voto trasvasado a Podemos. Será una campaña de duras acusacione­s entre las dos izquierdas. Podemos intentará adelantar al PSOE, ofreciendo a los electores una versión española del Frente Amplio uruguayo. (La alianza con Izquiera Unida aún no está cerrada y no será fácil). La tendencia de Pablo Iglesias al hiperlider­azgo empieza a provocarle algunos contratiem­pos. La sociedad del espectácul­o perdona pocos errores. Y eso también vale para el leninismo pop del ubicuo dirigente de Podemos.

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CHEMA MOYA / EFE
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EMILIO NARANJO / EFE
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LUIS TEJIDO / EFE
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JUAN CARLOS HIDALGO / EFE
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PIERRE-PHILIPPE MARCOU / AFP
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PP / ACN

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