Las negociaciones entre la CUP y Colau se enrarecen
Los cuperos se niegan a reunirse con el gobierno municipal antes de la votación del lunes y no apoyarán la modificación presupuestaria de Colau
Para la CUP, el sábado de Sant Jordi no era un buen día para estar resolviendo todo lo que no se había negociado durante los días anteriores. Así que dieron plantón a la reunión propuesta por el gobierno municipal para tratar de hacerles cambiar de opinión ayer por la mañana. La formación anticapitalista emplazó a Colau a hablar a partir de la semana que viene, reafirmando el ‘no’ a la modificación presupuestaria que dieron sus bases en las asambleas, pero dejando la puerta abierta a revertir la situación en los días posteriores. “Os emplazamos a empezar a hablar a partir del martes”, dijeron en un comunicado los cuperos, que lamentaron que “sólo se haya trabajado seriamente durante la última semana”. Con el PSC y ERC, en cambio, el equipo del teniente de alcalde Gerardo Pisarello lleva ne- gociando los números desde hace meses. Pisarello convocó a la CUP a negociar in extremis y le dieron calabazas a través de un comunicado.
Si el anuncio del voto contrario pilló por sorpresa al equipo de gobierno, la negativa a reunirse aún más. Ada Colau apeló ayer a la responsabilidad del partido antisistema para que el lunes aprueben la modificación presupuestaria. “275 millones para dar respuesta a urgencias de la ciudad se quedarán en un cajón por un solo voto”, dijo Ada Colau. La maquinaria de Bcomú empezó a mover en las redes sociales el listado de inversiones que quedan en el aire si no se aprueba la modificación presupuestaria. El responsable de relaciones políticas e institucionales del partido, Adrià Alemany, acusó a la CUP a través de Twitter de alinearse con el PP, CiU y Ciutadans. La portavoz de este último partido, Carina Mejías, le re- cordó al gobierno que la formación naranja no ha manifestado todavía su intención de voto y le espetó a Alemany: “Entiendo que tu comentario hace innecesario cualquier atisbo de diálogo”. Otra puerta cerrada de cara al lunes, cuando todos los partidos deberán clarificar sus posiciones en el pleno municipal.
El portavoz de ERC, Alfred Bosch, pidió “hablar hasta el agotamiento” e instó a “aprovechar todos los minutos” antes de la votación. El republicano incluso llegó a insinuar a Colau que podrían intentar ganarse la abstención de CiU, algo harto improbable. Para Bosch, la abstención de los de Trias sería preferible a la de Ciutadans. Por su parte, el líder socialista, Jaume Collboni, se dedicó ayer a regalar libros a todos los portavoces municipales. A Colau le regaló el libro de poesía Tantes mudes, de Mireia Calafell. A Maria Jose Lecha, de la CUP, le dedicó “El arte de la prudencia”. La piedra en el camino que se ha encontrado Colau puede alterar los planes de un posible pacto de gobierno con los socialistas y republicanos. Ambos partidos tienen cerrado su apoyo a la modificación presupuestaria a cambio de diversas inversiones. El acuerdo estable que se esperaba para después queda en el aire.
BComú presiona a la CUP con un listado de inversiones que quedan en el aire si no dan luz verde a las cuentas